La galvánica opv de Endesa
Endesa ha revocado la fachada a su publicidad de la opv, que ejecuta estos días, como la Bankia de Rodrigo Rato cuando completó el tramo minorista de la colocación. “Ya soy banquero”, decía el eslogan. En la energética presumirán del éxito que supone lograr el 100% de las suscripciones, aunque los analistas advierten de los excesivos riesgos que corren los ahorradores al acudir a una operación absolutamente legal, faltaría más, aunque con tintes de deporte de riesgo. “Ya soy eléctrico”, podría rezar el nuevo lema del siempre sedante Borja Prado.
La galvánica operación tiene varias trampas y responde a una necesidad muy concreta. Los italianos de Enel han descapitalizado primero la otrora compañía española a través del cobro durante años de unos dividendos a todas luces excesivos. Cuando no queda ni una gota de sangre, a Francesco Starace, jefe de la matriz transalpina, se le ocurre la genialidad [para sus bolsillos lo es] de transferir activos, los de más valor para Endesa, y pedir dinero en la bolsa española para seguir ordeñando la vaca.
Con el ánimo de hacer atractiva la opv, las acciones se venderán a 13,8 euros. Muy por debajo de los 15,5 euros iniciales. Las gangas siguen. El dividendo en efectivo contra resultados será del 5,2%. Si los nuevos accionistas mantienen las posiciones durante un año, recibirán también una acción adicional por cada 40. Enel ha sido muy hábil al seducir con este tipo de incentivos, particularmente en un entorno de tipos bancarios muy bajos. Si atendemos la evolución bursátil año sobre año, se traduciría en un extra del 2,5%.
Los inversores deberán confiar en que Endesa, privada de los mejores negocios en América Latina, mantendrá, con menos músculo, la capacidad de generar la caja necesaria con la que mantener esa retribución y en que Enel, comatosa ella, no ponga la mano antes. Por no mirar una deuda de 7.663 millones. Los paralelismos con la trayectoria bursátil de Bankia siguen. Como sucedió con el banco hace un año, Endesa podrá regresar al Ibex, índice de la que fue apeada en diciembre, gracias al apetito inversor de los españoles. La parte del capital que cotizará pasará de un 8% al 22%.
Dicho de otro modo, los ahorradores han dado la llave a Enel para acceder al dinero extra de los grandes fondos, que con Endesa en el Ibex tomarán posiciones necesariamente. Ésa sería, según los expertos, una puerta de salida más que digna para los próximos accionistas minoritarios. El precio objetivo está en 17,2 euros ( 21%), no por la virtud del negocio: se nos recuerda que Endesa cotiza con descuento respecto a sus homólogas europeas y que, por tanto, se actualizará el valor. Más allá de marzo, fecha en la que se espera el regreso al Ibex, nadie se aventura.
Los bustos escupidores de eslóganes que pululan por las tertulias de sábado noche vociferan que lo bueno de la crisis es que hemos ganado cultura financiera. Esperemos un año más antes de enarbolar la victoria. No sea que nos pase como con las preferentes: grandes beneficios primero, enormes disgustos después.