La ‘famiglia’ catalana
Cuando escuché a Jordi Pujol hablar sobre las chonis y los Fernández me di cuenta de que hasta ellos se habían creído sus mentiras. Lo imaginaba cada vez que oía hablar a Carme Forcadell de la ANC. Pero, seamos francos, la constatación por alguien más serio como el Molt Honorable President era algo novedoso.
Ellos, explicaré porque uso ellos y no todos, hablan de un movimiento transversal de toda la sociedad civil catalana y el poble català en estos meses.
El problema de agrupar colectivos sociales y darles un valor unitario siempre es complejo de tratar. Hoy vamos a hacer un experimento. De esos donde ya me veo inundado de críticas por lo de siempre, pero que denotará una realidad a veces ignorada. Y, como no, todo a base de datos y números. No de creencias o mitos como inyectan los que ya podemos denominar amigos de la mentira.
Dos datos de partida. Desde hace años se extrae información estadística del censo de apellidos en España y, por ende, en Catalunya. En este último caso lo publica Idescat (Institut d’Estadistica de Catalunya) y está disponible en Internet.
Los 25 apellidos más comunes de los habitantes de Catalunya están encabezados por los García, Fernández, Martínez, López, y así hasta alcanzar casi un 30% de la población real de Catalunya. El experimento es sencillo, ¿cómo se plasma esa distribución en la política catalana?.
Ese 30% de apellidos está presente en un 0% del primer apellido de todos los diputados de ERC, en apenas un 1% de los de CIU, un 8% de los del PSC y hasta un 40% en el PP. Y, como complemento, en grupos menores como ICV y Ciutadans también representa un 0%.
Pero, ¿es casualidad? No seamos malvados. Quizás los Fernández, García o López no tienen interés por la política autonómica catalana. Tampoco se preocupen que en las legislaturas de los años 30 su número era entonces literalmente cero. Quizás antes y ahora estén en esa sociedad civil que proclama la amiga Forcadell desde la ANC. ¿Lo comprobamos?
Miramos el secretariado de la ANC, un grupo de unas 80 personas que, por cierto, no tenía ni idea de que existiera. Allí, esos 25 primeros apellidos que representan el 30% de los catalanes sólo está representado en apenas un 2% de los miembros del secretariado de la Asamblea. Pero, como somos unos manipuladores, seguro que piensan que esos apellidos están representados fielmente por el otro 70% de los catalanes. Total, ese 30% tiene origen foráneo y no les interesa lo de aquí.
Vamos a comprobarlo. Encontramos que el primer apellido de los diputados de ERC está presente solo en el 0,7% de los catalanes. En CIU, siendo el doble de diputados, sus apellidos están en apenas un 1,7% de los catalanes. Si sumamos a Antoni Fernandez Teixidó en un 2,9%. Como referencia los apellidados García en Catalunya son cerca del 2,5%. Es decir, sumando todos los diputados de CIU y ERC apenas un 3% tienen un primer apellido común al 100% de los catalanes.
Pero, ¡aún hay más! Hay un dado casi milagroso en estadística. ¿Será el milagro catalán? Hay hasta 13 apellidos: Junqueras, Cosconera, Donés, Russiñol, Cima, De Gispert, Guinó, Maimí, Montañola, Pascal, Regull, Rovirol o Senserrich con menos de 150 personas en toda Catalunya con ese apellido. Es decir, familias que apenas suman –recuerden entre todos– 1.000 personas en la Catalunya de los 7,5 millones tienen casi el 20% de los diputados de ERC y CIU, y el 10% de todos los diputados.
Suerte que nos queda esa transversal sociedad civil, llamada ANC. Oh wait! El 18,75% de los miembros del citado secretariado de la ANC forma parte de 15 familias catalanas que suman entre todos sus miembros la cifra de 946 personas de los 7,5 millones de catalanes. Son las familias: Albes, Alentorn, Bitlloch, Boloix, Contjoch, Guillaumet, Loire, Manya, Marfany, Murgo, Pelach, Que, Sallàs, Sardiné y Vilarasau.
En resumen, menos de 2.000 personas catalanas de 28 familias –sí señores sólo 2.000 personas de los 7,5 millones de catalanes– tienen el 20% de todos los diputados de CIU y ERC en el Parlament y casi el 20% de todos los miembros del Secretariado de la ANC. Como dirían algunos, blanco y en botella. Bienvenidos a la “famiglia catalana”, ya saben donde algunos son de los nuestros y otros no.