La estrategia de Sánchez para volver a gobernar
Los planes de Sánchez pasan por fortalecer a Santiago Abascal para dividir el voto del centro-derecha e incentivar la participación de la izquierda, y también a Isabel Díaz Ayuso, para fraccionar al PP
Tras muchos meses descarrilado en su gestión y vapuleado en las encuestas, Pedro Sánchez por fin tiene un plan moderadamente articulado para llegar a las próximas elecciones con posibilidades reales no ya de ganar, eso ya lo deben haber descartado incluso las mentes más calenturientas de Moncloa, sino de volver a gobernar, algo que a los nuevos alquimistas monclovitas se les antoja cada vez más cercano.
No es un plan sencillo y además puede descarrilar en cualquier momento, pero comparado con el desierto estratégico que dejó en Moncloa el desterrado visir que ahora se dedica a filtrar whatsapps a los medios de comunicación, a Sánchez le debe parecer algo similar a lo que sintió el pueblo hebreo a su llegada a la tierra prometida. Pero vayamos al turrón, ¿En qué consiste ese plan?:
1. Fortalecer a Santiago Abascal para dividir el voto del centro-derecha e incentivar la participación de la izquierda
La primera operación es todo un clásico que ya otorgó importantes beneficios a Sánchez en el pasado y pasa por Santiago Abascal y su partido, ya saben, “la derecha que más gusta a la izquierda”.
Abascal es el bálsamo de fierabrás para el PSOE, cura todos sus males con solo unas friegas sobre la piel del paciente; al más mínimo problema político o demoscópico la sola presencia del ultraderechista vizcaíno diciendo memeces supuestamente patrióticas en los medios tiene la virtualidad de causar dos milagros:
- Por un lado divide el voto del centro-derecha, dificultando que acuda en masa a votar al Partido Popular
- Por otro lado saca de sus casas y lleva a las urnas como impulsados por un resorte a los votantes progresistas más melancólicos y alicaídos para impedir que este señor toque pelo gubernamental.
Y si además de tener todo el día a Abascal en los medios de comunicación hace falta volver a sacar en procesión la momia de Franco, pues se saca.
2. Fortalecer a Isabel Díaz Ayuso para dividir al PP
Por mucho que les pueda sorprender, en estos tiempos oscuros y polarizados la tarea de ganar unas elecciones no solo consiste en conseguir que tus votantes acudan en masa a las urnas, sino principalmente en que los votantes del rival no encuentren incentivos suficientes para hacerlo y, para esa labor de zapa, nada mejor que pintar al partido rival como una formación dividida y sin un liderazgo claro.
Y a esta labor se han puesto con adolescente entusiasmo todas las terminales mediáticas de Moncloa, las viejas y las nuevas, medios que antes se definían como liberales o incluso conservadores y que ahora gracias al maná de los fondos europeos han mutado en meras terminales monclovitas que por conveniencia estratégica de sus señoritos se dedican básicamente a loar las grandezas de Isabel Díaz Ayuso mientras denostan a Pablo Casado haciéndole responsable de las siete plagas de Egipto.
Esta evidente operación con la que gobierno y PSOE están fortaleciendo a Ayuso para debilitar al Partido Popular, comienza a dar algunos réditos demoscópicos
No voy a entrar asignar culpas ni responsabilidades de la situación a uno o a otra, genovólogos tienen la Iglesia para esto, pero lo cierto es que esta evidente operación con la que gobierno y PSOE están fortaleciendo a Ayuso para debilitar al Partido Popular, comienza a dar algunos réditos demoscópicos.
3. Utilización a fondo de los poderes presidenciales
Y por si todo esto fallase, Sánchez dispone de todo un arsenal de herramientas presidenciales que no tengo duda alguna que pondrá en marcha si ve que con las anteriores no le sirve, por solo mencionar dos de ellas:
- Disolución de las cámaras cuando más le convenga: Sánchez dispone de un botón nuclear de altísimas capacidades electorales, él y solo él puede disolver las cámaras y convocar elecciones anticipadas cuando más convenga a sus intereses, lo cual significa que su partido contará con la ventaja de poder preparar con más tiempo la próxima convocatoria electoral.
- Referéndum constitucional polarizante: Y si todo lo anterior no es suficiente para llegar con ventaja a las elecciones, tampoco descartemos que use la que podríamos denominar como “la última arma de la polarización”, es decir, la convocatoria de un referéndum para la reforma constitucional que sea capaz de dividir al país en dos mitades con el fin de, independientemente del resultado, obtener réditos electorales de la misma.
El problema de este plan es que es, al menos teóricamente, fácilmente reversible, ya que un “abrazo de Vergara” correctamente escenificado entre Casado y Ayuso en un programa de máxima audiencia acompañado por dos declaraciones pasadas de vueltas de Abascal convertirían toda este entramado electoral pergeñado por Moncloa en agua de borrajas impidiendo un adelanto electoral eficiente para el PSOE y convirtiendo de paso el referéndum constitucional en una estrategia demasiado arriesgada incluso para Sánchez.