La cuota moderada de Convergència

Tendrá un alto coste político e institucional haber deducido de dos manifestaciones masivas una linealidad hacia el secesionismo. A CiU, por ahora, le ha costado doce escaños y necesita glóbulos rojos del maximalismo de ERC, con el timing matizado ayer por Oriol Junqueras. De eso se quejan quienes son, difusamente, la cuota moderada en Convergència.

Las manifestaciones de los dos últimos 11 de septiembre no han esculpido para siempre el futuro de la ciudadanía de Catalunya. Al contrario, lastran gravemente la maniobrabilidad del Gobierno de CiU, presidido por un político que avanza o retrocede a tientas y a ciegas, superado por la coyuntura a la que se sumó para olvidarse de su política de recortes tan mal presentados.

Lo que esté reflexionando Artur Mas sobre su horizonte importa menos que su incomprensión de las dinámicas actuales de la sociedad catalana, del hecho constitucional o los tratados europeos. ¿Quedan moderados en Convergència? Sin duda: están en el análisis del efecto ERC y la valoración de un posible “no” en una consulta que ni tan siquiera tiene pregunta ni calendario, del mismo modo que se sopesa la eventualidad de unas elecciones anticipadas que coreografiarían el fracaso político de Mas.

 
La cuestión es que Artur Mas prefiere prorrogarse en el ejercicio de lo improbable


¿Es cuantificable el sector pactista y pragmático de Convergència? Por ahora no, pero podría verse notablemente engrosado en caso de la inevitabilidad de un giro. La incógnita está en el control de las bases convergentes, aunque no tiene por qué ser un hecho determinante. En estos casos suele arbitrarse alguna forma de trueque. Por su inanidad mediocre carecen de importancia los apoyos intelectuales en Convergència. Y sobre todo: ¿es todavía practicable la vía de acuerdos como los accesos ferroviarios al puerto de Barcelona?

Miquel Roca no es ajeno a la inquietud por la confusión política actual. Al comparecer en el Parlament de Catalunya –ocasión que un escritor integrista y carpetovetónico comparó con Maduro en Venezuela–, Roca dijo algunas cosas que pasaron casi desapercibidas dado el hervor del cada vez más endógeno programa secesionista: a la vez que consideraba la posibilidad de una consulta en el marco constitucional sin ruptura, indicó que, históricamente, Catalunya juega mal los hechos rupturistas.

La lección es que no es apropiado jugar en el terreno en el que previsiblemente se es menos fuerte. Y una aseveración que suscita interpretaciones muy variadas: “Las fuerzas desiguales han de ser compensadas con inteligencias desiguales”. Lo sibilino acude para reducir la combustión convergente y dejar puertas abiertas. La cuestión es que Artur Mas prefiere prorrogarse en el ejercicio de lo improbable.