La comedia catalana de las cajas de ahorros en el Parlament

¿Recuerdan aquella imagen del Parlament de Catalunya en la que el diputado David Fernández (CUP) levantó su sandalia amenazante contra Rodrigo Rato? Aquella escena, que dio la vuelta al mundo por su iconográfica potencia, ha sido lo más destacable de un año de trabajo de una comisión de investigación que se ha llevado a cabo sobre las cajas de ahorros y el sistema financiero en la Cámara catalana.

Las conclusiones de esos trabajos fueron presentadas ayer. Se entregarán a la Fiscalía por si pudiera derivarse algún tipo de perjuicio para los consumidores. Han ido tan lentos, han sido tan poco ágiles, que incluso los jueces, a quienes no se les conoce vocación de ser Marc Márquez, han resultado más diligentes y ya han condenado a varios dirigentes de una antigua caja de ahorros catalana por haberse apropiado de una millonaria pensión de manera delictiva.

 
El Parlament ha ido tan lento, ha sido tan poco ágil, que incluso los jueces han resultado más diligentes

El Govern de la Generalitat, aunque posee competencias de tutela e inspección de una parte importante del sistema financiero (por fortuna, dentro de poco todo ello quedará en manos de una autoridad bancaria única con sede en la Unión Europea), ha sido librado de cualquier responsabilidad. Lo contrario hubiera resultado una noticia asombrosa.

Que el Parlament de Catalunya, el mismo que se inviste de absoluta legitimidad para solicitar una consulta soberanista en contra de una legalidad superior, hubiera sido capaz de resolver de manera mínimamente crítica con respecto al Ejecutivo (incluso aunque fuera el vilipendiado tripartito) era más difícil que el milagro de los panes y los peces. Incluso para los ilusionistas, que haberlos haylos en aquel hemiciclo.

Un año de trabajos que no servirá para nada. Muchos políticos y responsables financieros españoles decidieron ni tan siquiera comparecer. Es comprensible, sobre todo después de cómo fue recibido Rato en el poder legislativo catalán y de la demagogia empleada en las sesiones celebradas.

Cuando asistían antiguos dirigentes de cajas vinculados a CiU, eran socialistas y diputados de ICV los que se ponían las botas. Cuando fueron Narcís Serra u otros de obediencia del PSC, los convergentes se les tiraban a la yugular. Mientras, ERC haciendo el papel de la equidistancia que le sitúa por encima del bien y del mal, o dicho de otro modo, fuera de juego.

 
La comedia que hemos pagado es otra más con la que nuestra clase política nos obsequia como si nada hubiera pasado

Que políticos, cajeros, banqueros y todo tipo de altos cargos vinculados al sistema financiero han cometido en los últimos años demasiadas tropelías es un perogrullo incontestable. Que la citada comisión es una coartada cosmética de los poderes públicos para limpiar su consciencia, también.

Hubo presencias de algunos de los que deberían purgar sus responsabilidades, hubo ausencias que jamás se entendieron y, al final, han habido unas conclusiones más propias de una junta de comunidad de vecinos que de un Parlament que se postula como la verdadera representación del pueblo catalán.

Eso sí, la comedia que hemos pagado durante 12 meses es otra más con la que nuestra clase política (los modernos dirían casta) nos sigue obsequiando como si nada hubiera pasado en el mundo en los últimos años. Como si fuéramos unos pobres diablos que votamos de vez en cuando. Un despropósito, la verdad.