La clave del tamaño

Leo estos días un par de artículos sobre la empresa catalana a la cual se acusa de falta de dimensión y de ambición. Uno de ellos incluso cita el ejemplo de la “gallega Inditex” pero resulta obvio que el gigante de Arteixo nada tiene que ver con el resto del tejido empresarial de Galicia.

El tamaño medio de nuestras empresas es extremadamente reducido en términos comparados. Las microempresas en España (menos de 10 empleados) suponen el 95,2% de su tejido productivo por un 92,1% de la Unión Europea. Pues bien, dentro de España, Galicia presenta un ratio de microempresas tan solo inferior a Asturias, Castilla-León y Extremadura. Por otra parte, en proporción de empresas con más de 200 empleados, Galicia únicamente está por encima de las dos Castillas, La Rioja y Extremadura de nuevo.

Está contrastado de manera empírica el efecto del tamaño sobre la productividad y la innovación. Así, mientras las empresas entre 20 y 50 trabajadores muestran un valor añadido per cápita ligeramente por encima de los 40.000 €, las empresas de más de 250 trabajadores duplican esa cuantía. Asimismo, la dimensión condiciona la capacidad de introducción en el mercado, factor siempre clave pero especialmente en una coyuntura de reducción de demanda en los mercados locales.

La estructura empresarial constituye una de las debilidades principales de nuestra economía. A pesar de saberlo, nada se hace al respeto. Resulta fundamental promover el aumento de tamaño de las unidades productivas de Galicia, idealmente a través de su propio crecimiento natural. Pero con seguridad también es preciso promover joint ventures, operaciones de integración vertical, consorcios de exportación; y facilitar fusiones, retomar los clusters, potenciar los movimientos cooperativos… Todo esto, insisto, resulta esencial. Pero tristemente, nada de esto se formula desde el gobierno gallego, a saber si bien por incapacidad o por simple desinterés.