La calle es de Rajoy

¿No se lo creen? Pregunten en Benidorm. Rajoy pisó la calle. Milagro. Si sólo se pasea por Moncloa. Por el palacio, no por el barrio, que se ensucia. Tenía ganas de pisar la calle y eligió Benidorm. Por el buen tiempo. En camisa. Y por las ganas que tenía de charlar y ayudar. Sí, de ayudar.

Algunos de los ciudadanos le aconsejaban que se fuera con Rato. Pero él, siempre sonriente, les respondía que con Rato ya ha paseado bastante, que quería pasear por su ciudad. Por la calle principal. Eso sí, con mucha policía. ¡Mucha policía! Para ir animado.

Otros le aconsejaban que eche a Montoro. ¡Echa a Montoro de Madrid! le gritaban. Sí hombre, le comentó a Antonio Pérez, candidato a alcalde de la ciudad, y luego que publique la lista de los 704. A ver dónde me refugio. Con los pájaros que hay en ella. Medio PP. Lo mismo hay alguno de mi familia. Incluso yo mismo puedo estar. ¡Quién sabe! Tranquilos con Montoro. No cabrearlo.

Repartió abrazos, saludos, comida, dinero, tarjetas…. Sí. A uno con cara de no haber comido en tres días le pagó un bocadillo de chorizo. De Alicante es el individuo. Y el chorizo, de la tienda de la ex-alcaldesa, Sonia Castedo. ¡Vaya, hoy no ha venido!

A otro le dio 20 euros para que se comprase unas zapatillas. Que las gaste caminando. Muy importante hacer ejercicio. Así se engaña al estómago. Otro ciudadano le pidió la tarjeta. Los hay muy atrevidos. «Mariano, préstame tu tarjeta». No, a ese no se la dio. Se la dio a Fabra. No, al de Castellón no, que ése está trabajando, barriendo el patio y rellenando quinielas. Al de Valencia, a Alberto Fabra, por si la necesita. Me llamas, le dijo. Ya le diré a Soraya que te busque un trabajito. Algo se podrá hacer. Aunque solo sea paseamos juntos por los jardines de Moncloa. Si nos dejan. Y sino, nos vamos a Galicia, que allí está todo verde, no como aquí en Benidorm que solo hay edificios y arena. Y gente pidiendo. Para un día que salgo a la calle… venga a pedir. Que se lo pidan a María Rita (Barberá), a ver si se atreven.