La ‘BOEtalla’
Dicho de otro modo: la batalla del BOE. Es la que está librando la patronal Pimec contra la CEOE con lo que respecta a la Ley de Contratos del Sector Público. Este anteproyecto en fase de exposición determinará la facilidad o los obstáculos de participación de la pequeña empresa en la contratación pública en igualdad de condiciones. La CEO busca mantener a las pymes en un papel marginal y subsidiario en torno al pastel de 18.000 millones de euros anuales que hay en juego. Y, este pastel, hasta ahora, está en manos de las grandes empresas, muchas de ellas del Ibex 35.
Es curioso y tópico el tratamiento que dan algunos medios al debate: cosas de catalanes. Rossell y González. Como si desde Madrid, y con el arma del BOE en manos de la casta, se situaran sobre la mezquindad, estos catalanes. Y, a la vez, se regodearan con esta pelea entre segmentos de la burguesía periférica, desde el trono de quien gobierna el capitalismo de Estado.
Y aún quieren clasificar al personal entre catalanes buenos, los que trabajan de forma subalterna al servicio de la oligarquía central; y catalanes malos, los que osan revolverse y librar batalla por la competencia real y la auténtica libertad de mercado. Y quien dice catalanes, dice valencianos, que representan los territorios con el grado más elevado de pymes.
Y no mento a País Vasco y Navarra, ya que con los poderes forales en el saco, sus gobiernos continuarán practicando un alto grado de autarquía, ya conocida por todo el mundo, a favor de las empresas grandes y pequeñas y prescindiendo, de facto, de cualquier legislación que venga de Madrid.
Pues bien, Pimec ha presentado enmiendas para garantizar el acceso de las pequeñas y medianas empresas a los concursos públicos. Enmiendan desde el prólogo al artículo 132, donde se pide que las cláusulas sociales y medioambientales no constituyan un medio directo o indirecto de exclusión o perjuicio de las pymes. O bien proponen la presencia de pymes en los organismos públicos independientes de tutela de la contratación pública. E insisten en medidas adicionales de transparencia sobre los precios y condiciones que se fijan en dichas adjudicaciones.
González ha acusado a la CEOE de «defender las prerrogativas de un puñado de empresas constructoras y de servicios». Pimec propone que la ley consagre la división de contratos en lotes para favorecer a las pymes; especifique el uso de acuerdos marco abusivos; marque reglas claras de facturación, recepción de obras y servicio y el pago a contratistas; mantenga el confirming; no se excluyan las empresas en concurso y se marquen criterios de proximidad en la adjudicación.
És una batalla más entre el capitalismo del BOE y la burguesía de libre mercado. Entre capitalismo extractivo y burguesía productiva. Y permítanme que recite una vez más mi mantra. El Estado español no se puede cambiar, por mucho que los señores Sánchez y Rivera hayan encargado sendas comisiones de expertos en la Reforma constitucional. La hegemonía social de la Gran Castilla y en los territorios subsidiados, ejercida por una casta oligárquica, no variará; a lo sumo cambiará de protagonistas políticos: donde había PP, habrá C’s, y donde había PSOE, habrá Podemos.
Pero el BOE de los poderes fácticos continuará. Lasciate ogni speranza decían a los que acababan en el infierno de Dante. Pues eso, abandonad toda esperanza, aunque hay que agradecer, una vez más, la valiente labor de Pimec, ni que sea para convencer a las burguesías ( y trabajadores) productivas periféricas que el Estado español no será nunca un auténtico marco de libre mercado con igualdad de oportunidades para las pymes.
Ni libre mercado ni democracia plena. Por más que se envuelvan en discursos liberales o progresistas, respectivamente, la derecha posfranquista o la extrema (?) izquierda emergente, que es su contramolde.