La batalla del Ebro
Hoy, en este recorrido veraniego por los grandes destinos turísticos de Catalunya, toca hablar de las Tierras del Ebro. Y lo haré más adelante. Pero la rabiosa actualidad pone sobre la mesa una serie de noticias en las que Catalunya, en general, y el Ebro, en particular, son los protagonistas.
La primera es que el Gobierno del PP continúa la política de enfrentamiento entre comunidades al volver a reavivar el conflicto del Ebro. El caudal de las zonas del río determinado cuando pasa por Aragón y La Rioja no es el mismo para el Delta. El ministerio lo limita a su paso por Tortosa, a 3.100 hectómetros cúbicos anuales de agua. Pero el Gobierno catalán pide que, si se incrementa la extracción para el regadío también se eleve la cantidad de agua. Así, reclama que sea como mínimo de 7.000 hectómetros cúbicos anuales, un nivel que el ministerio considera «desproporcionado».
Cañete prevé ampliar el regadío en casi 450.000 hectáreas. La decisión del PP es política: construir la unidad de España desde la confrontación, porque desde la economía sostenible no se puede. Precisamente, ahora que las Tierras del Ebro han sido nombradas Patrimonio Universal de la Biosfera. Un título que pueden perder si el proyecto ministerial tira adelante.
La segunda noticia es energética. Las Tierras del Ebro, junto con el Pirineo, son territorios productores de energía de todo tipo: hidráulica, solar, nuclear y fotovoltaica. Pues bien, el proyecto del PP sobre energía –copia literal del programa de la FAES en la materia, y al servicio de los lobbys oligopólicos tradicionales– liquida el progreso hacia la energía renovable. Parece que les dé igual que sea la tendencia en toda Europa, por ser la que crea más puestos de trabajo y representa realmente la eficiencia y la sostenibilidad energética. Los populares pretende que, quien fabrique energía para consumo propio pague peaje. Es como si el Gobierno se considerara propietario del sol o del viento. Un auténtico latrocinio del Estado al servicio de la casta extractiva.
Y, por fin, llego a la última noticia de la semana pasada que afecta a toda Catalunya, Ebro incluido. El ínclito Arias Cañete (el mismo del agua) acaba de realizar el golpe de estado agrícola por el que la distribución de la Política Agraria Comunitaria se recentraliza. Y lo hace con criterios favorables a la agricultura extensiva que predomina fuera de Catalunya y en detrimento de ésta. Como denuncia Unió de Pagesos, según el cual el nuevo modelo afecta negativamente al 30% de los viñedos, dos tercios de la fruta dulce, hortalizas y plantas ornamentales y se olvida del porcino y del aceite de oliva extravirgen. Como decíamos, los sectores que predominan en Catalunya.
En esta nueva batalla del Ebro, donde el Estado español en manos de la derecha oligárquica quiere adelgazar la democracia y derrotar Catalunya, ahora no se utilizan los refuerzos aéreos nazis y fascistas. Ahora se escudan en directivas europeas para interpretar a su gusto y siempre a favor de la casta extractiva, y enviando a la miseria a decenas de miles de ciudadanos que viven o podrían vivir de la agricultura y de la energía renovable.
Es una pena lo que está pasando, ya que las Tierras del Ebro, después de la obtención del label Reserva de la Biosfera, tienen por delante un brillante futuro combinando adecuadamente sus principales triunfos: la producción diversa de energía, el agricultura de secano y regadío y el turismo sostenible.
En este último sector las Tierras del Ebro tienen la ventaja comparativa de la autenticidad. Cuando en los otros destinos costeros se debe hacer esfuerzos para singularizar tras años de masificación y estandarización, el Ebro (en general) preserva paisajes y formas de vida que por sí mismas son la principal garantía de un crecimiento sostenido y sostenible.
La enogastronomía es uno de los platos fuertes de las Tierras del Ebro. Existe una gran combinación entre productos de secano de alto valor como el vino denominación Terra Alta, el aceite (con algunas producciones especiales como el de olivos centenarios), productos del Delta como el arroz, hortalizas, marisco, pescado, y las raíces árabes que se conservan en algunos productos como los pastelitos.
En todos estos campos ha habido una evolución positiva hacia el producto de calidad certificado (y ahora lo podrá ser más gracias al título de la Biosfera). Lo han hecho los vinos que ya se pueden encontrar con orgullo en la mayoría de restaurantes del territorio y que están consiguiendo nuevas inversiones. El enoturismo se desarrolla en el entorno de bodegas modernistas como el de Pinell del Brai, dentro de la ruta de las Catedrales del Vino. Las cooperativas de arroceros han encontrado que, con marca propia y expandiéndose, llegaban al mercado sin pasar por intermediarios y aumentaban el margen de beneficios.
Así como lo ha hecho la Cooperativa de Musclaires Fepromodel, que con la marca Mejillones del Delta sitúa sus productos en el mercado con la mejor calidad y a un precio correcto para el cliente y muy bueno para el productor. Gracias a la mejora normativa algunos han reconvertido las bateas en áreas de cata de marisco. Y grupos de turistas pueden vivir cerca de ese mundo. Lo mismo que en el suelo gente como Salvador o en Polet, que ofrecen acogida turística en Barracas e inmersión en el mundo de los arrozales, las lagunas y las formas tradicionales de pesca.
La intervención de la fundación de la ex Caixa Catalunya con la creación de un centro de interpretación de las salinas, complementa la gestión del parque natural del Delta. Hay más proyectos, como el que lanzó el alcalde de Deltebre de acuerdo con el Estado para gestionar turísticamente la laguna del margen izquierdo del río. Se trataba de una prueba piloto de gestión mixta donde convivían las actividades tradicionales de pesca, caza, recolección, selección y agricultura ecológica con la preservación de la diversidad biológica. Diversidad que muchas veces pierde el sentido ultraconservacionista en los espacios protegidos del parque. La nueva política en Madrid lamentablemente ha significado un parón en un proyecto que podría haber sido espectacular.
Pero hay más. El Ebro interior es una fuente de recursos turísticos. Tras abandonar proyectos faraónicos e insostenibles de canalización, se ha mostrado la potencialidad de la navegación tradicional con laúdes (el primero lo financiamos desde el departamento de Turisme), en kayac, y otros medios por tramos inolvidables. O la potencialidad de un lugar bastante desconocido incluso para el turismo interior: Els Ports, ese parque natural que no entiende de fronteras políticas y se mueve entre Aragón, Valencia y Catalunya. Tierra de carlistas, donde el General Cabrera fue un icono europeo a mediados del siglo XIX. Y los paisajes de Horta de Sant Joan, que inspiraron el cubismo de Picasso.
Y toda la memoria histórica, alguna bien expuesta, lista para explotar. Desde las pinturas rupestres del arte levantino con centro en Ulldecona, pasando por los íberos con centro en Alcanar, continuando por los árabes en tantos lugares, empezando por la Suda de Tortosa. Y la época medieval con la convivencia de tres religiones como se explica en el centro de acogida turística de Tortosa, el pasado templario en Miravet, los rastros moriscos en Ascó. El esplendor renacentista en la Tortosa vieja con edificios como los Reales Colegios con un claustro que podría ser un lugar de peregrinaje con toda la estirpe de reyes catalanes esculpida y la importancia de la incorporación morisca a la sociedad de la época. Y la larga lista de puntos informativos y centros de interpretación en el entorno de la Batalla del Ebro, que para muchos historiadores es la primera batalla de la 2 ª Guerra Mundial: en Corbera de Ebro, en Gandesa, Batea, Pinell, etc.
Finalmente, lejos quizás de los iconos estándar de la cultura popular catalana, hay todo un mundo auténtico y singular de cultura popular que se podría difundir y aprovechar mejor. Y no me refiero sólo al tópico de los toros. El mundo de las bandas de música, la jota y cientos de fiestas populares que no han tenido que ser inventadas, porque allí se encuentran en su salsa tradicional.
Estas son las potencialidades de turismo sostenible de las Tierras del Ebro. Y estoy convencido de que el espíritu de lucha de sus ciudadanos sabrá ganar esta nueva batalla que desde Madrid pretende hundir sus formas de vida y de trabajo.
—————————————————————–
Apéndice: con el 1,58% de techo de déficit para Catalunya, Madrid impone otro trasvase: el de los recursos de los catalanes que obligados a un déficit fiscal absolutamente asimétrico e injusto, ahora se les obliga a un ajuste presupuestario simétrico y por tanto doblemente injusto.