La autodestrucción de las élites
Los vecinos de Matadepera, que hablan idiomas y llevan a sus hijos a colegios Internacionales, votaron por partidos que conmemoran un acto que les sacaba de la Unión Europea
La renta media bruta en España es de algo más de 28.000 €, el tercer municipio más rico de España, según datos del Instituto Nacional de Estadística INE en 2020, es Matadepera, un pueblo al norte de Barcelona que cuenta con una renta de más de 65.000 € per cápita anuales.
Matadepera es un lugar burgués, lleno de casas pareadas, clubs de pádel y cafés veganos. En las calles los Tesla y los Porsche no son excepción. En este pueblo, el más rico de Cataluña, Junts, ERC y la CUP suman nada más y nada menos que 12 de los 13 concejales del Ayuntamiento. Cs es una isla con un único concejal y el PSC, PP y VOX no tienen representación. En las elecciones autonómicas arrasó Puigdemont y el independentismo obtuvo 3 de cada 4 votos en este municipio donde el precio del metro cuadrado para comprar un inmueble supera los 2300 € cuando la media española es de 1800 €.
Los casi 10.000 habitantes de Matadepera deberían ser gente feliz, que disfrutara de su privilegiada situación pero lejos de eso son personas mayoritariamente insatisfechas que se sienten agraviadas, oprimidas y, en consecuencia, apoyan opciones políticas que proponen arrasar con un sistema político que les ha permitido alcanzar el éxito y gozar de su status, sin paragón, en el resto de España.
Los vecinos de Matadepera apoyan masivamente a partidos que pretenden acabar con la seguridad jurídica y el marco legal e institucional que le ha conducido a la cima. Sin duda los vecinos de Matadepera se creen inmunes a cualquier desastre, desafían a la racionalidad y se han cansado de vivir bien. La otra opción es que crean que su jardín, su piscina, su coche de alta gama, su club privado de golf y su servicio domestico interno son un derecho divino que no pueden perder jamás.
Los vecinos de Matadepera, muy independentistas casi todos ellos, ven como en la cercana Barcelona, a poco más de 20 km de sus casas, sus colegas de militancia hacen arder contenedores y apedrean policías como aquel que ve una película postapocalíptica americana, se sienten ajenos, en su reserva de higiene y comfort esas cosas no pueden llegar ni a suceder y en todo caso si sus hijos, muchos de ellos de la CUP, quieren participar de algarabías lo hacen fuera del pueblo siguiendo el camino de marco Carod Rovira cuando le pidió a ETA que atentará donde quisiera pero no lo hiciera en Cataluña no se sabe si para no manchar las aceras o para no perjudicar su proyecto político.
El idílico municipio vallesano ha sido noticia esta semana porque el Pleno aprobó el calendario de festivos para 2023 y declaro del 1 de octubre, día de la organización del referéndum ilegal de la independencia, como día festivo. Es el primer municipio de Cataluña que declara festivo el 1 de octubre. ¿Alguien se imagina que pasaría si, por ejemplo, Boadilla del Monte declarara festivo el 23 de febrero de 1981, fecha en la que Tejero dio el otro golpe de Estado que ha sufrido nuestra democracia?
Los vecinos de Matadepera, que hablan idiomas y llevan a sus hijos a colegios Internacionales, votaron por partidos que conmemoran un acto que les sacaba de la Unión Europea. Los Vecinos de Matadepera, que precisan seguridad jurídica para que sus rentables negocios funcionen, han acordado celebrar una fecha que suprimía los tribunales de justicia a los que ellos recurren cuando tienen un desacuerdo con sus socios. Los vecinos de Matadepera creen que viven en un condominio cerrado y que los vientos de autodestrucción y decadencia que afectan a Cataluña entera no les llegaran.
Matadepera declarando festivo el 1 de octubre proclama que deseaba que el objetivo del referéndum, o sea, la separación hubiera alcanza su objetivo. Los ufanos vecinos votantes de Junts creen sinceramente que separados les hubiera ido mejor, no obstante en Matadepera solo el 6% de los vecinos procede de otros lugares de España y ya dijo Fernando Savater que “el nacionalismo se cura viajando”, pero los de Matadepera parece que solo lo hacen a la Costa Brava y a la Cerdanya.
Celebrar una fiesta local substituyéndola por una fiesta patronal es muy interesante, se desconoce si se dejará de celebrar la misa por el patrón local para pasar a adorar una urna o si bien Puigdemont o Anna Gabriel pasarán a substituir en el santoral local a los protectores locales de toda la vida.
Hablar de Matadepera y descubrir que allá donde la gente tiene más que perder hace más para perderlo todo es descubrir que la cosas en Cataluña están peor de lo parece. Los vecinos de Matadepera juegan a la independencia como aquel que juega al GTA en la Play Station, ese juego en el que uno puede destruir medio Los Angeles desde el cómodo sofá de su casa sin que pase nada.
Lo peor que les puede pasar a los de Matadepera es que un día consigan su objetivo político y entonces cambien su chalet de Matadepera por otro en Pozuelo de Alarcón (Madrid), en cambio sus miles y miles de vecinos de las próximas Sabadell y Terrassa pagarán, sin poder huir, las consecuencias de la frivolidad de sus vecinas elites autodestructivas e irresponsables.