La acería Ferroibérica lleva sus libros al juzgado

La crisis del sector de la construcción se cobra otro fiasco de grueso bulto. La empresa Ferroibérica, que tiene de administrador a Albert Ayora Burix, ha instado concurso de acreedores ante los juzgados de Barcelona.

Entre los principales acreedores figura Catalunya Banc, que financió las inversiones productivas de la empresa. También el Institut Català de Finances lubricó las actividades de la firma años atrás.

Ferroibérica se dedica a la producción de ferralla, esto es, las estructuras metálicas que se montan en el hormigón armado para robustecerlo. La entidad acumula medio siglo de existencia y se proclama pionera del sector. Dispone de una planta industrial en Abrera, con 200 empleados. Sus ventas anuales alcanzan los 125 millones de euros.

Dos motivos principales han precipitado el siniestro. Por un lado, el desplome de la construcción, con la consiguiente falta de pedidos y de carga de trabajo. Por otro, el fracaso de un expediente de regulación de empleo que la empresa instó el año último, debido a que el Tribunal de Justícia de Catalunya lo declaró nulo.