Diezmada por el impacto de una devastadora invasión de Saddam Hussein en 1990-91 y golpeada nuevamente por los efectos colaterales de la guerra en Irak a partir de 2003, Kuwait no ha tenido la mejor de las fortunas en los últimos 20 años.
A pesar de esto este pequeño país de 17.000 kilómetros cuadrados es afortunado y tiene el 10% de las reservas mundiales de petróleo situadas en el extremo norte del Golfo. Y últimamente empieza a salir de la desaceleración consecuencia de la crisis financiera mundial y de la situación política interna.
El país necesita llevar a cabo un número importante de proyectos a gran escala para desarrollar sus sectores de transporte, salud, educación, centrales eléctricas y otras infraestructuras en los próximos cinco años. Es el cuarto exportador de petróleo del Mundo, produce 2,2 millones de barriles por día y tiene capacidad de aumentar la producción a 3,3 millones. Dispone de reservas estimadas en más de 100 mil millones de barriles, lo que asegura la financiación del plan de desarrollo.
Su mayor desafío recientemente ha sido un sistema político que obstaculiza la capacidad para lograr el consenso y seguir adelante con proyectos importantes. Pero parece que llega la hora de la verdad después de años de disputas políticas sobre la mejor manera de garantizar a los kuwaitíes el control de sus propios recursos. Las últimas elecciones legislativas y la aprobación del programa de desarrollo ofrecen una renovada esperanza. Kuwait parece contar con algo que últimamente escasea en el mercado: liquidez.
Kuwait Investment Authority (KIA), el fondo soberano del país y su brazo financiero, recibe cada año el 10% de los ingresos del emirato. KIA gestiona activos por valor de 300.000 millones de euros, y tiene inversiones en todo el mundo, entre sus participadas del 5,3% en Daimler y del 1,8% en BP. También en el Banco Agrícola de China.
EL Plan de desarrollo económico con 125.000 millones de dólares, es el primero de una serie de planes programados hasta el 2035. Apunta a un mayor gasto en proyectos y la privatización de empresas públicas, y pretende atraer el sector privado e impulsar el régimen de asociación público-privada para la realización de 32 proyectos, desde sistemas de transporte, plantas de tratamiento de agua y de electricidad y residuos así como un gran proyecto turístico de 3.000 millones dólares en la isla Failaka. El objetivo es convertir Kuwait en un centro comercial y financiero a través de la diversificación económica. En 2011 Los ingresos petroleros representaron el 88,8 % del ingreso total de Kuwait.
La mayor parte de la inversión será para infraestructuras, lo que representa grandes oportunidades para empresas de construcción, ingeniería y consultoría. El plan incluye proyectos de carreteras, ampliación del aeropuerto, hospitales, metro y ferrocarril, diversos proyectos de energía y agua (nueva refinería, central de ciclo combinado, desalinizadoras, etc).
Para el transporte están previstos proyectos en la red nacional de ferrocarriles por 10.000 millones de dólares, de metro por 7.000 millones y 3.500 millones para el aeropuerto internacional. En el sector salud está prevista la contrucción de ocho nuevos hospitales para añadir 5.000 camas con un valor estimado de inversión de 8.000 millones. También un nuevo campus universitario para acoger a 40.000 estudiantes y que contaría con una inversión de 3.000 millones dólares.
Kuwait importa, sobre todo, bienes de consumo (el 40% de las importaciones), puesto que la producción industrial local es casi inexistente. Los niveles de consumo son altos porque el sistema de transferencias públicas garantiza a la mayoría de los kuwaitíes un nivel de ingresos estable.
Las relaciones bilaterales no han alcanzado su potencial, 449 millones de euros de intercambios en 2011. Hay empresas españolas con importantes operaciones en ingeniería, consultoría, construcción e infraestructuras industriales. También tienen importancia en Kuwait sectores como el textil, maquinaria, cerámica, vehículos de transporte, mobiliario, calzado, alimentación, materiales plásticos y equipos para la manipulación de fluidos, productos químicos o perfumería.
Las torres KIO también conocidas como Puerta de Europa, en Madrid, son lo que queda de una época hace 23 años cuando Kuwait Investments Office (KIO), uno de los brazos financieros de Kuwait, apostó por España. Pero tuvo una salida abrupta, propiciada por un multimillonario fraude, un escándalo que llevó a una suspensión de pagos del grupo KIO España de unos 300.000 millones de pesetas (1.800 millones de euros) pero a pesar de todo Kuwait nunca abandonó España.
Con su presencia en multinacionales de diversos sectores, el fondo es responsable de inversiones de más de 5.000 millones de euros en España en la última década. Parece que llega el momento de impulsar las relaciones bilaterales y apostar por el futuro, puesto que Kuwait representa una doble oportunidad: proyectos y mercado de consumo, además de liquidez y fondos de inversión.