Juicio y elecciones
El juicio se observa como una nueva lucha por el relato en el que, lamentablemente, la causa de la justicia quedará en segundo plano
Todos los elementos de una tragedia moderna parecen concitarse en el juicio que se iniciará el 12 de febrero. Términos como injusticia, libertad, democracia, unidad de España e independencia, que reclaman atención política, se unirán a otros como dolor, miedo, dignidad, honor y tensión, creando un denso mosaico de emociones que intentarán utilizar unos y otros para definir futuras estrategias electorales.
Vox, que tendrá a su secretario general, Javier Ortega Smith, como uno de los protagonistas en el juicio, lo convertirá en una constante apelación a favor de su proyecto de reconquista de España para los españoles.
Los partidos independentistas buscarán la forma de evidenciar la parcialidad del poder judicial
El PP, que ya pide antes de que se dicte la sentencia que los presos no vuelvan a Cataluña tras el juicio, buscará no perder de vista la sobreexposición que tendrá Vox y compensarla con grandes afirmaciones para unir a todos los españoles contra el independentismo.
Ciudadanos mantendrá su camino de ganar el espacio al PP recordando que, desde sus inicios, su principal motor político es la lucha contra el independentismo y sus derivas sociales. Los partidos independentistas buscarán la forma de evidenciar la parcialidad del poder judicial y profundizar en la fractura con España.
PSOE seguirá intentando administrar la distancia conseguida con el independentismo y la derecha patriótica. Y Podemos seguirá esperando que el juicio, a pesar de sus posiciones ambiguas frente el independentismo, no les suponga un nuevo desgaste interno que les deje sin opciones electorales.
Se espera un juicio largo y de alto voltaje mediático
El juicio se observa como una nueva lucha por el relato en el que, lamentablemente, la causa de la justicia quedará en segundo plano. Si nos acercamos un poco más al foco donde se pretende situar el juicio, observaremos que, pase lo que pase, no será tan importante como el desgaste que unos y otros puedan sufrir; indirectamente, en el juicio quedará expuesto lo que unos y otros hicieron durante los acontecimientos que ahora se juzgarán.
Pero lo que realmente traerá el juicio, desde la perspectiva de los distintos partidos políticos, es la solidez de cada uno para encarar un juicio largo y de alto voltaje mediático que determinará y afectará sus perspectivas electorales.
En el entorno del independentismo no todos ven de la misma forma los efectos que puede producir el juicio en ERC o el Pdecat/Crida. Desde Bruselas se observa cómo declina la capacidad de Puigdemont de liderar el independentismo; ERC está convencido de que es el momento de Oriol Junqueras.
Pero lo que más se teme es que en el juicio quede evidenciado que el camino a la República planteado por el referéndum del 1 octubre ha tocado a su fin y que afloren las contradicciones de los argumentos de los acusados sobre lo que sucedió. Todos, sin excepción, se declaran presos políticos; pero no todos tienen la misma opinión sobre lo que ocurrió en esos días en que se proclamó la República.
La investidura de Puigdemont
Con un ERC esperando decidir si será Pere Aragonés, próximo a Oriol Junqueras o Roger Torrent, próximo a Marta Rovira, quien lidere el partido en las próximas elecciones autonómicas y un Pdecat viéndose arrastrado y resistiendo a la nueva fuerza política de la Crida no es de extrañar que el juicio permita aflorar cómo avanzará la causa independentista.
En algunos medios ya ha empezado a circular que es probable que desde el Pdecat y Junts per Catalunya se vuelva a pretender la investidura de Puigdemont, para tensionar a ERC y al sector moderado del Pdecat. Y a cierta distancia, la ANC sigue alerta para que, tras el juicio, no desaparezca la entidad.
Los escenarios que se abren con el juicio, tanto en la derecha patriótica como en el independentismo, no estarán enfocados en garantizar la defensa de España o de la República sino en ganar poder en las próximas elecciones municipales, generales y autonómicas.