Manuel Valls
Manuel Valls ha encontrado en España y entre los catalanes no 'indepes' el cariño y reconocimiento que Francia le ha negado
París tiene una alcaldesa originaria de Cádiz, Ana Hidalgo, así que ¿por qué Barcelona no va a tener un alcalde de Barcelona, como Manuel Valls?
Son muchos los ejemplos de políticos vilipendiados en su tierra y amados allende de sus fronteras: Mijaíl Gorbachov intentó ser presidente de la Rusia post soviética y no llego al 1% de los votos. Valls intentó suceder a François Hollande al frente de la Presidencia de la República y no lo consiguió.
Es normal que Valls se plantee ser alcalde de Barcelona. La tradición política francesa, país donde las regiones son irrelevantes desde un punto de vista de poder político, da gran relevancia a ser alcalde. Jacques Chirac asaltó la presidencia de la República desde la alcaldía de París, Alain Juppé intentó ser candidato presidencial desde la alcaldía de Burdeos, Nicolas Sarkozy fue alcalde de Neully, una especie de Sant Cugat parisino, antes de ser presidente.
Valls es para los catalanes no nacionalistas un hallazgo: habla catalán y español, habla bien y habla claro
En definitiva en Francia si no eres alcalde es difícil hacer carrera política, la alcaldía es tu feudo y además da igual que seas de esa ciudad o no. Valls ha encontrado en España y entre los catalanes no indepes el cariño y reconocimiento que Francia le ha negado.
Tras abandonar el partido socialista, consiguió sacar su escaño en la Asamblea Nacional y aunque forma parte de la mayoría presidencia de Emmanuel Macron, no es de su partido ni de su círculo de confianza. Como todo guiño a su persona, Macron no presentó candidato en la segunda vuelta de su partido (En Marcha) en la circunscripción de Valls para facilitar su elección.
Valls es para los catalanes no nacionalistas un hallazgo: habla catalán y español, habla bien y habla claro. “El nacionalismo es la guerra”, dijo en la clausura de una manifestación convocada por SCC. “Francia sí hubiera entregado a Puigdemont”, dijo en otra ocasión más reciente.
Una campaña larga diluiría el efecto novedad de Valls y revelaría su desconocimiento de la ciudad
Durante la última campaña autonómica, PP y Ciudadanos se rifaron a Valls, que tuvo que intervenir en dos actos de sendos partidos en un mismo día. Salvando todas las distancias y pidiendo perdón por anticipado a Valls por la comparación, me recordó a esa campaña de 2006 en la que el entonces presidente culé Joan Laporta desayuno dos veces en un mismo día en dos bares a poca distancia el uno del otro de la Rambla de Catalunya con José Montilla y con Artur Mas.
¿Puede Valls ser candidato? Y lo que es más importante ¿Puede ganar?
Valls es un candidato potente y con experiencia y sería un rival formidable para Ada Colau, así como un dolor de cabeza para las expectativas de Jaume Collboni y el PP. Nadie duda de la talla y proyección, así como de la capacidad de Valls versus Colau ni de los efectos positivos que tendría para el relanzamiento de Barcelona contar con un alcalde de este calibre.
Los riesgos del candidato Manuel Valls
Valls puede ganar pero lanzar su candidatura con tanto tiempo entraña riesgos. No sé si su declaración en TVE anunciando que se estaba planteando su candidatura es un globo sonda o un desliz pero puede convertir una gran noticia es un fiasco por precipitada. Si Valls acaba no siendo candidato, cualquier otro candidato llamado a tener la responsabilidad de encabezar la lista del partido que ganó las elecciones del 21-D en Barcelona podría oírse de sus rivales que es candidato de segundo plato.
España no es Francia y aquí los alcaldes tienen que demostrar apego y conocimiento exhaustivo de los temas; una campaña demasiado larga diluiría el efecto novedad de Valls y pondría de manifiesto su lógico desconocimiento del detalle de la ciudad: que si los problemas de vivienda, las políticas sociales, etc.
Una campaña larga diluiría el efecto novedad de Valls y pondría de manifiesto su desconocimiento del detalle de Barcelona
Pero más allá de Barcelona, Valls se convertiría en un banderín de enganche global para Ciudadanos, que necesita fichar y presentar buenos candidatos en miles de municipios para poder traducir las expectativas que les dan las encuestas en alcaldías.
En definitiva, si Valls es candidato a la alcaldía de la ciudad condal, Barcelona y Cataluña serán clave en la política española y no solo por el procés y sus efectos sino porque obligará a los demás partidos a trabajar duro para intentar neutralizarle… y no les será fácil.