15 de julio: elecciones y final del Mundial España-Alemania
Si las nuevas elecciones autonómicas coinciden con la final del Mundial, no es difícil imaginar un España-Alemania con lazos amarillos
En su periplo de Interrail, Carles Puigdemont recala ahora en Berlín. La justicia alemana ha decidido, por ahora, que los plazos se dilatan, el mito de Masud —el guerrillero que luchó desde las montañas contra el Talibán a finales de los 90 del siglo pasado— se agranda a ojos de sus seguidores y él tan imbuido como está en el personaje difícilmente podrá superar la tentación de postularse de nuevo, tal como le pide la CUP, como candidato a presidente en un pleno del Parlament al que no puede asistir… o sí, en función de cuál sea la interpretación de los jueces. Y a ver quién en su bando político se atreve a llevarle la contraria.
A cada político le acompaña un atributo característico. A Pujol era la memoria inaudita, a Rajoy la contemplación infinita, Puigdemont tiene siete vidas como a los gatos. KRLS es como el personaje de serie que siempre sale indemne cuando ya ni tan siquiera los suyos dan cinco céntimos por su pellejo político.
Torrent anda atribulado intentando una nueva investidura de Sánchez, que no va a ir a ninguna parte, no solo porque la investidura debe ser presencial, cosa que en su caso es harto difícil, sino porque además ni los Comunes ni la CUP están por la labor.
La decisión del tribunal alemán no es la constatación de que España es una dictadura
Dado que, gracias a la insistencia separatista en investiduras imposibles, desde el día de la no elección de Turull vamos directos a unas elecciones que si Puigdemont no hubiera recalado en Berlín quizás no se hubieran llegado a celebrar. Ahora las veo, casi, como inevitables. Sánchez será de nuevo rechazado y el puigdemonismo insistirá, y ahora más que nunca, en el contexto de la nueva situación de Puigdemont, en que es el único presidente posible desde una perspectiva indepe.
ERC, uno de las grandes perjudicados por el tribunal alemán dado que contaban con poderse quitar de encima a su íntimo enemigo, no tendrá fuerza para oponerse a la candidatura de Puigdemont. Además Puigdemont se vendrá arriba y acariciará la idea de encabezar una lista única independentista y a ver como ERC y la CUP rechazan la propuesta cuando la misma se ponga encima de la mesa dentro de 15 o 20 días.
La decisión del tribunal alemán no cierra el horizonte judicial de Puigdemont, no es la constatación de que España es una dictadura ni ninguno de los mantras que la eficaz y potentísima máquina mediática indepe ha puesto en marcha, pero es un innegable balón de oxigeno para el separatismo. Lo peor es que deja perplejos a millones de catalanes amantes de la tranquilidad, la ley y la normalidad convivencial.
No cuesta mucho imaginar una final España-Alemania y por las calles miles de súbitos amantes del amarillo
Para Rajoy es una noticia terrible. Parece que solo él y pocos más saben que Llarena y él van por caminos distintos con intereses distintos, uno la política y el otro la justicia, además la repetición de unas elecciones para el PP serian la peor noticia tal como están los populares inmersos en la tormenta perfecta.
Tras haber votado dos veces, en unas generales y en unas autonómicas a las puertas de la navidad, ahora nos acechan unas nuevas elecciones autonómicas a las puertas de las vacaciones de verano y si se convocan el 15 de julio coincidirán con la final del Mundial. En este país en el que ya todo es posible no cuesta mucho imaginar una final España-Alemania y por las calles miles de súbitos amantes del amarillo convertidos en fanáticos seguidores de Alemania.
Espero que no lleguemos a eso porque ya se sabe que el fútbol es ese deporte en el que juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania.