Insatisfacción ciudadana y el escudo social  

Los ciudadanos empiezan a ver que se presta más atención al cuidado anímico de las personas que a impulsar medidas efectivas que impidan que su ánimo no se quiebre

El problema que deben afrontar los Estados europeos no solo se refiere a las consecuencias negativas de los efectos de la guerra y que no saben cómo detener, sino a la creciente insatisfacción ciudadana que aumenta al margen de lo que prometan e, incluso, de lo que hagan los gobiernos.

La creación de un escudo social impulsada desde el Gobierno español con una inyección de 3.000 millones de euros para políticas sociales, siendo positiva, resultará insuficiente, al no poder detener las causas que producen el aumento de los precios y la energía.

Las personas observan con desánimo e insatisfacción cómo se proponen ayudas para poder pagar el precio de luz, la calefacción o la gasolina, al mismo tiempo que comprueban la incapacidad de los gobiernos para imponer un plan de paz para detener la guerra en Ucrania, una de las razones del incremento de los precios de la energía.

MADRID, 19/10/2022.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la firma del convenio que impulsará la Operación Campamento para ceder terrenos del antiguo acuartelamiento madrileño para construir 12.000 viviendas. EFE/ Mariscal
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/ Mariscal

Se plantean medidas para combatir la inflación, permitiendo al gobierno recaudar 23.000 millones euros más, pero que no son destinados íntegramente a cubrir las necesidades de las personas más desfavorecidas.

Lo que está ocurriendo es que los ciudadanos ven que el PSOE y Unidas Podemos están intentando hacer pedagogía y pretenden mostrar empatía con aquellos sectores de la sociedad más perjudicados por la crisis. Los ciudadanos empiezan a ver que se presta más atención al cuidado anímico de las personas que a impulsar medidas efectivas que impidan que su ánimo no se quiebre. 

El otro día, un ciudadano de Barcelona al que habían robado hacía unos días, me explicaba que estaba sorprendido por la exquisita atención que recibió para ser consolado por la sustracción de su cartera y para saber si había sufrido algún daño y, a la vez, se sintió francamente  preocupado por la absoluta falta de interés policial en averiguar quién había sido el ladrón.

Si el escudo social no revierte en una cura efectiva y rápida de los problemas de los ciudadanos, esta ayuda se desvanecerá

Consideraba que la guardia urbana de Barcelona está cada vez más preparada para atender aspectos psicológicos de las personas que han sido robadas con violencia que para detener a los delincuentes y restituir a las víctimas los objetos robados. Esta observación podría llegar a aplicarse a gran parte de la política social del gobierno español, que anuncia recibir, mes a mes, más paquetes de ayudas económicas sin conseguir atajar el problema.

Si el escudo social no revierte en una cura efectiva y rápida de los problemas de los ciudadanos y queda en mera retórica acompañada de medidas económicas que no solucionan el problema de las familias, esta ayuda se desvanecerá. La insatisfacción de los ciudadanos no se debe a la falta de sensibilidad política ante sus problemas, sino a que no necesitan ni buscan consuelo y compañía ante sus problemas sino medidas concretas para solucionarlos definitivamente.   

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