Innova | La innovación como cultura
La competición global, la evolución tecnológica y la sociedad imponen a las empresas nuevos y más sostenibles modelos de negocios
A primera vista podría parecer que la solución es tecnológica. Pero no. Para realizar esta transformación, para que el uso de las nuevas herramientas tecnológicas sea realmente eficaz, es determinante una nueva cultura empresarial que se radique en el núcleo ejecutivo de la empresa y que se difunda con convencimiento a todo el personal.
A este fin es muy importante un fuerte liderazgo y coordinación de la dirección, un potente plan de formación, y que la alta dirección indique claramente a los distintos departamentos de la empresa que, entre sus objetivos, está la transformación y la mejora de sus actividades a través de las nuevas oportunidades tecnológicas.
Las empresas con estas características pueden más fácilmente atraer el talento y luego retenerlo. Hoy los jóvenes quieren trabajar en empresas punteras y con valores. Hoy más que nunca, el talento es el elemento diferencial de una compañía.
El valor diferencial está en el talento que la empresa es capaz de sumar o desarrollar internamente. Un talento diverso en genero, edad, experiencia, cultura…
Un estudio del IE sobre “innodiversidad” nos dice que la diversidad favorece la innovación y sabemos que hoy la innovación es indispensable. Al mismo tiempo creo que sin una organización adecuada, el valor de la diversidad y de la innovación no puede aprovecharse de la manera deseada.
En la naturaleza ocurre lo mismo: una tierra fértil y buenas semillas no generan una buena cosecha si el riego no es el adecuado. Se necesita innovar también en las organizaciones. Es más que evidente que no pueden florecer nuevas culturas en organizaciones antiguas, rígidas y jerárquicas.
Hoy se necesitan organizaciones flexibles, competencias múltiples e interdisciplinares; una colaboración y cooperación entre las distintas operaciones, se necesita aprovechar la movilidad para facilitar la compatibilidad entre vida personal y objetivos profesionales.
Las empresas tienen que promover la cultura de la innovación. Por responsabilidad social y obviamente por sus intereses, tienen que involucrarse más en el apoyo y mecenazgo de las mejores instituciones educativas para que se produzcan los mejores talentos y el mejor nivel de formación posible.
El desafío es muy grande pero si conseguimos el objetivo, luego, será mejor para todos.