Ingleses, ¿por qué no os calláis?
La Universidad de Oxford ha elaborado un estudio que pretende adivinar qué sucederá con la economía española si gana Podemos. A siete meses –como mínimo— de las elecciones generales sabemos gracias a los eruditos ingleses que la prima de riesgo subirá 300 puntos básicos.
Dicho de otro modo, al Gobierno le costará más endeudarse si Pablo Iglesias, el líder escondido tras el resultado andaluz, alcanza la Moncloa. El coste superior se trasladará a la industria privada. Las empresas pagarán más por financiarse, invertirán menos, su eficiencia caerá, los productos se encarecerán y los consumidores comprarán menos.
En Oxford creen que el PIB se resentirá, como mínimo, medio punto. Si las previsiones más conservadoras para 2016 marcan una expansión del 2,6%, con Podemos en el Ejecutivo el país se estancaría en el 2,2% aproximadamente.
Aún hay más. La emblemática universidad también se detiene en averiguar el futuro si las elecciones se saldan con un ganador diferente a Iglesias. Igual que la mayoría de las encuestas, tampoco dan un vencedor claro.
Dado el caso, creen allí que se entablarán negociaciones excesivamente prolongadas para envestir presidente y formar gobierno. Ello supondría que al Tesoro le costaría 150 puntos básicos más (curiosamente, la mitad) colocar su deuda mientras dure el trance. La riqueza no se resentiría tanto, apenas bajaría al 2,5% de crecimiento.
Llama poderosamente la atención que esté a nuestro alcance tanto detalle sobre el futuro de España gracias a la Universidad de Oxford y que, sin embargo, en el Reino Unido, que se presta a celebrar elecciones generales en pocas semanas, desconozcan qué pasará si se cumplen los estudios demográficos y la formación radical UKIP irrumpe con fuerza y logra condicionar al futuro primer ministro.
Seamos claros: empieza a ser cansino que los ingleses insistan en lanzar porquería contra el euro una y otra vez en base a atacar al sur de Europa. Este mismo ejercicio que se ha realizado ahora con España lo ha vivido Grecia con insistencia desde que eclosionó la crisis de su deuda.
Todos los estudiosos realizan sus previsiones con los datos de la contabilidad nacional, del Banco de España y de otros organismos. Sólo los bancos tienen los mecanismos propios para lograr elementos alternativos y, curiosamente, suelen alinearse, décima arriba o abajo, con las prospecciones públicas. Pero incluso estos gabinetes de estudio tienen a veces un sesgo político.
Desconocemos qué razones académicas tiene Oxford para fijarse en unas elecciones ajenas que serán dentro de más de medio año y no en las suyas, que están a tocar de calendario. Pero emulando la mítica conversación entre el rey campechano y el gorila rojo, «¿por qué no te callas?».
Hemos guardado silencio mientras intoxicaban en Grecia, pero, como quedó escrito algo más arriba, que lo hagan con España toca las narices.