Ineptos hasta en la corrupción
Me viene a la memoria un chiste sobre la corrupción en Alemania y en España. Sucede en una cumbre hispano-alemana que se celebra en Berlín. Al finalizar la jornada, el ministro alemán de Obras Públicas invita al homónimo español a su lujosa residencia particular. El ibérico, maravillado por la calidad de los acabados, las obras de arte y el buen gusto del domicilio, le pregunta extrañado si todo aquello ha surgido únicamente del sueldo de ministro. El alemán sonríe y se acerca a la ventana, corre la cortina y muestra al español una autopista que pasa allí cerca.
– » ¿Ve aquella autopista? Pues el 3% está aquí.»
– “¡Ja! Ja!”-, ríe el ministro y no dice nada.
Al año siguiente, la cumbre se celebra en Madrid y el ministro español de Fomento encuentra la ocasión para corresponder la invitación del ministro teutón. La vivienda del ministro es una villa con jardín, piscina, aparcamiento para 10 coches, etc… El berlinés se queda maravillado y le pregunta si todo lo que ve ha salido del sueldo de ministro. El español, se acerca a una ventana y señala hacia fuera con el dedo:
– «¿Ve usted aquella autopista que pasa por allí?«-, el alemán fija la vista, entrecierra los ojos, pero no consigue ver nada. Finalmente responde que no, que no ve ninguna autopista. El español le responde:
– «¡Pues claro! ¡Porque el 100% de la autopista está aquí!«.
Los corruptos están por todas partes. Seguro. Pero los de aquí no tienen nivel. No es que en otros países no existan, es que allí son menos ladrones o más listos.
Una vez tuve la ocasión de hablar con un personaje del hampa. Me contó un día que los delincuentes, aunque no nos lo parezca, tienen reglas y códigos de honor. Por ello, en las prisiones los violadores tienen que ser apartados del resto. Y ser condenado por un delito no cometido es honorable porque significa que se ha respetado la ley del silencio. Aunque no tengo el gusto de conocerlo, estoy seguro de que existe también un cierto Club de Estafadores y de Corruptos mundial, que guardan su dinero en paraísos fiscales, se encuentran en ciertos casinos y juegan a golf juntos. En ese club los corruptos españoles no tienen cabida. Y no porque no tengan dinero, no. (¡Eso seguro que no!). Sino porque hay que ser ciertamente incompetente para tener un subordinado que desvía (presuntamente) entre 11 y 22 millones de euros durante más de 20 años y ése subordinado tiene que ser todavía mas burro porque justo cuando está en medio de un proceso judicial va y “el burro” se acoge a una amnistía fiscal promovida por aquellos incompetentes que le contrataron y a los que ahora se les acusa (presuntamente) de beneficiarse de los pagos durante muchos años.
Según la teoría económica, quienes van a cometer una estafa, valoran los beneficios de llevarla a cabo y los perjuicios de que te descubran. Y dependiendo de la probabilidad de la segunda, la cometen o no. En España no. Yo creo que los españoles corruptos tienen una inteligencia de mosquito acompañada de una enorme desvergüenza que llena el vacío que ha dejado la ética al marcharse. Y, si lo segundo y lo tercero son deleznables, lo primero demuestra el bajísimo nivel de preparación de algunos miembros de la clase dirigente del país y que en gran parte nos ha llevado a esta crisis.
Y es que mientras existan políticos (como María Dolores Cospedal) que propongan bajarse sus sueldos y la gente les vote, seguirá existiendo un exiguo incentivo para que la gente preparada se presente. Y si sólo confiamos en la vocación (que la hay y mucha) siempre quedará un lugar, por pequeño que sea, para los incompetentes, los ladrones y los chupatintas.