Huracán Wilma
Wilma llevaba nombre de mujer y se llevó por delante muchas casas y vidas humanas. Este huracán, el de ahora, se llama Calviño y es lo peor que le ha pasado en 40 años a las familias de nuestro gran país.
El huracán Wilma tiene nombre de mujer y se produjo en 2005. Desde entonces, sigue siendo el huracán más intenso que se ha producido en la historia en el Atlántico. Un huracán para dominarlos a todos.
No sé si Calviño merece el nombre de un huracán, pero si en el futuro alguien se plantea bautizar una tormenta tropical, un tifón o cualquier otro desastre climatológico con su nombre, quien vaya a los libros de historia de estos tres últimos años quizás encuentra motivos más que de sobra para ese bautizo. La economía española sufre un auténtico huracán debido a la incompetencia manifiesta de una Ministra que hace tiempo que dejó de tener cara de Solbes para directamente tener cara de Elena Salgado. Nadia Calviño. Ella.
Un 10,2% es la cifra que acompañará a esta Ministra que en una decena de ocasiones entre finales de 2021 e inicios de 2022 cuando negó que la inflación “fuera preocupante” y más aún que “fuera persistente”. Además dio un carácter temporal a un fenómeno que la oposición ya criticó durante 2021, advirtiendo que no estaban tomando medidas y no se estaban anticipando decisiones para combatirla antes de que fuera muy tarde.
Con la luz triplicando el precio de hace un año, el combustible por encima de los 2,15 euros el litro de gasolina, con el alza de los alimentos, del transporte, de los servicios, del turismo y con unos precios disparados un 10,2% durante el mes de mayo de 2022, el Gobierno se muestra tumbado, entregado, derrotado por una realidad que les supera y únicamente aciertan cuando rectifican y asumen las medidas que les envió en abril el Partido Popular.
Arrastrando los pies, tarde y mal, están intentando poner parches a una situación que podían haber ayudado a evitar haciendo un buen diagnóstico previo y que siguen sin afrontar al no plantear los cambios estructurales que nuestra economía necesita que se impulsen. El Gobierno está en los síntomas y sin entrar en muchos detalles, pasando de puntillas, en no tratar la verdadera enfermedad que tiene nuestra economía y es la necesidad de cambios estructurales urgentes.
Poner nombre a un huracán
No se quiere menos a España por decir en el verano de 2021 que la inflación comenzaba a ser un problema, no queríamos menos a España por denunciar la pasividad del Gobierno en el Grupo Popular y plantear medidas y soluciones. Únicamente le estábamos poniendo nombre a un problema que, por no afrontarlo con la seriedad debida, se está convirtiendo en huracán.
El huracán al que se enfrenta nuestra economía por culpa de este Gobierno es de impredecibles consecuencias. Esta semana el Centro de Estudios de Bankinter en España preveía que el Euríbor a un año cerrará 2022 en el 1,90%, manteniendo al alza este crecimiento para 2023 y 2024, cuando hace unos días preveía que ese dato para 2022 sería del 0,4%. Esto supone unos 1.500 euros al año de incremento del coste de la hipoteca para un préstamos estándar de una familia española.
Además, si a la subida del precio de los productos básicos, de los combustibles y de la electricidad se le añade el coste de la hipoteca, la pérdida de poder adquisitivo y de margen de maniobra de las familias españolas será de miles de euros anuales. Esto supone un gran huracán para sus presupuestos, un huracán que lleva la firma de Nadia Calviño que no contenta con su incapacidad intenta taparla a costa del prestigio de todas las instituciones de este país.
Asalto a las instituciones independientes de España
Instituciones como el Banco de España, que ha sufrido las críticas de este Gobierno sencillamente por hacer su trabajo con independencia y objetividad; la AIREF que reconoció esta pasada semana que no recibe del Gobierno la información necesaria para hacer su trabajo o como no, el asalto al INE al que directamente han acusado de hacer mal su trabajo por empeorar los datos para perjudicar al Gobierno, como si el peor dato de todos no fuera que ella y su equipo siguen, por el momento, dirigiendo la política económica española. Ya está bien de asaltar todas las instituciones independientes de este país que le son molestas, ya está bien de querer convertir en el CIS de Tezanos a todo lo que no le rinde pleitesía a este desastroso gobierno.
Wilma llevaba nombre de mujer y se llevó por delante muchas casas y vidas humanas. Este huracán, el de ahora, se llama Calviño y es lo peor que le ha pasado en 40 años a las familias de nuestro gran país.