¿Hay futuro?
La ejemplaridad debe ser un valor para este partido, pero también lo es la unidad y nuestro sacrificio personal en beneficio de nuestra organización. Lo mismo que hacen miles de afiliados, simpatizantes, alcaldes y concejales del Partido Popular por toda España.
Escribo estas líneas desde mi condición de diputado en el Congreso. Lo soy porque afiliados, simpatizantes y votantes del partido popular lo quisieron. Y por tanto me debo a ellos. Pero también porque me votaron para representar a todos los palentinos, y a ellos también me debo.
La situación que hemos vivido en el Partido Popular en estos 10 días ha sido terrible. Nuestros afiliados y simpatizantes estoy seguro de que no lo pueden comprender. Todos aquellos que trabajan, desde la ilusión y el compromiso, por impulsar a nuestro partido, deben estar muy decepcionados, y con razón. Y me acuerdo también en estos momentos de todos nuestros concejales y alcaldes, especialmente aquellos que están en los pequeños pueblos, y me acuerdo de su sacrificio diario, absolutamente vocacional.
Pero también lo es para todos los ciudadanos a los que represento, mis queridos palentinos. Seguro que no quieren que el Partido Popular dedique su tiempo a este “juego de tronos” en vez de a resolver sus problemas. Y seguro que comportamientos tan poco edificantes no son los que esperan de nosotros.
Parto de la premisa, que parece que no comparto con algunas personas, pero que guía mi comportamiento y mi compromiso: formamos parte de una organización, y, al formar parte de ella, primero aceptamos sus normas y segundo, trabajamos por sus objetivos, por encima de nuestras metas personales.
También parto de un convencimiento que considero debiera ser general: que nos hemos comprometido con el Partido Popular, porque pensamos que es bueno para España y para los españoles. Sino no tendría sentido.
Desde estas premisas, no acabo de entender lo que hemos hecho, ni puedo entender el comportamiento de algunos compañeros del partido.
Analizando los «dos bandos»
Y partiendo de ellas, que son la base de mi actuación, quiero analizar el comportamiento de los dos bandos (por desgracia hay dos bandos) suponiendo que tienen razón los dos. Por supuesto, yo no tengo ni idea de quien miente y quién no. Obviamente alguien miente, dado que las versiones que ofrecen no son las mismas.
Primero supongo que Isabel Díaz Ayuso tiene razón (evito los calificativos de “presuntos” porque supongo que es verdad). Se equivocó en la rueda de prensa. Si existe esa persecución por parte de la dirección del partido, no es ese el modo de afrontarlo. Hay órganos internos donde dirimirlo. Pedir explicaciones de las filtraciones y pedir explicaciones de las investigaciones. Y además explicar en los órganos adecuados del partido, las consecuencias que pueden tener estos actos, de cara al partido y de cara a nuestro país. Esto creo que hubiera sido lo correcto. Las acusaciones lanzadas contra la dirección nacional no pueden permitirse, desacreditan tanto a un partido, que ni siquiera la defensa personal pueden justificarlo.
Ahora supongo que la dirección del partido tiene razón. Desde septiembre que se le pidió explicaciones a Díaz Ayuso, ¿no ha habido posibilidad de hacer más? ¡De volver a pedírselas, de intentar aclararlo en órganos internos! Era muy importante resolverlo, porque se había filtrado a los medios de comunicación, había llegado a la oposición, e iba a tener consecuencias negativas para el partido y para el gobierno de la Comunidad de Madrid. ¿De verdad que pedirle explicaciones en septiembre es lo único que se podía hacer y esperar a que todo saltara? Además, hay que tener en cuenta que Díaz Ayuso es uno de los principales activos del partido, que ha generado mucha ilusión en la Comunidad e Madrid y en el resto de España. ¿Por qué poner en riesgo este activo? ¿Por qué no resolverlo con la diligencia debida?
Al principio del problema deseaba que el presidente del partido hubiera sido capaz de parar todo, de integrar a todos, de forzar a quien se haya equivocado a pedir disculpas, de forzar la dimisión o el cese de quien haya actuado de forma no correcta. La ejemplaridad debe ser un valor para este partido, pero también lo es la unidad y nuestro sacrificio personal en beneficio de nuestra organización. Lo mismo que hacen miles de afiliados, simpatizantes, alcaldes y concejales del Partido Popular por toda España. Por desgracia no fue así.
Y en este momento, después de lo ocurrido estos diez días y tras la Junta Directiva Nacional de ayer, mantengo la esperanza, nuestros líderes regionales dieron un paso al frente para resolver este conflicto, mientras había quien nos quería dividir, ellos trataron de unir, de coser, y de buscar una solución a un conflicto tan difícil.
Y en ese camino estamos, y no será fácil. Los que se han sentido maltratados mantienen sus exigencias. Y espero que la generosidad de todos, consiga resolverlo. Confío en que tengamos un mes de calma hasta nuestro Congreso extraordinario. Y a partir de ahí, la nueva dirección acometa la solución de las tensiones generadas, que no habrán desaparecido.
Lo afiliado ven en Feijóo el líder que necesita el Partido Popular
Hoy parece que Alberto Núñez Feijoo va a anunciar su candidatura, y yo me alegro, me hablan de su capacidad de gestión y de organización, de su sentido común, de su capacidad política y del respeto que le tienen quienes trabajan a su lado.
Pero también me ilusiona, que la inmensa mayoría de nuestros afiliados y simpatizantes ven en él el líder que necesitamos en estos momentos. Y creo que también los españoles valoran sus capacidades y por tanto aplaudirán su nombramiento como presidente.
El peor gobierno de nuestra democracia
Deseo que vuelva la esperanza a nuestro partido y a todos los ciudadanos que confían o alguna vez confiaron en nosotros, porque no nos olvidemos que estamos sufriendo el peor gobierno de nuestra democracia, y necesitamos saber que hay un partido, con un líder que va a ser capaz de cambiar esta deriva de nuestro país.
Aún tenemos problemas que resolver, Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso se han intentado destruir y creo que lo han conseguido, y las heridas siguen abiertas. Pero la confirmación de esas capacidades que se intuyen en nuestro nuevo líder y la colaboración de todos podrá cambiar el rumbo y resolver los problemas.
Necesitamos reforzar el partido, todas las estructuras territoriales, necesitamos construir un proyecto, no solo para ilusionar a los españoles, sino para resolver los graves problemas que tenemos, y necesitamos asegurar el futuro de España y de los españoles, ante un mundo cambiante. Así sea.