Guía para quedarse en la Tierra

Nadie escapa a la idea, por aterradora que sea, de que debemos prepararnos para sobrevivir a la catástrofe que puede producirse

Cada día, al escuchar las noticias, uno se percata de que las emisoras ya no se centran en informar sobre lo que ocurre sino en preparar a la gente sobre lo que va a ocurrir. Cada información sobre la guerra en Ucrania tiene como sonido de fondo la alerta de que puede llegar a desembocar en una guerra nuclear y cada noticia sobre la subida de los precios de la energía provoca el aumento de la compra de edredones, mantas y calefactores.

Nadie escapa a la idea, por aterradora que sea, de que debemos prepararnos para sobrevivir a la catástrofe que puede producirse como consecuencia de los estallidos sociales contra los gobiernos ante la crisis económica, las catástrofes naturales derivadas del cambio climático, los conflictos bélicos, la explosión demográfica o la propagación de posibles nuevas epidemias.

La guía para lograr quedarse en la Tierra se inicia volviendo a objetivar los problemas, dedicando más tiempo a solucionarlo que a extenderlo, para conseguir fines económicos y geopolíticos

Es como si todo el mundo se hubiera confabulado para invocar todos los males, dejando el futuro a merced de los nuevos dioses. Elon Musk invierte en inteligencia artificial y pretende conquistar Marte lanzando miles de cohetes al planeta rojo. Mark Zuckerberg nos ofrece el metaverso, un universo virtual como plan de escapada del desastre del mundo real, asistiendo a un acontecimiento que solo ha conocido Dios hasta ahora: la creación de un nuevo mundo.

Frente al planteamiento de que las personas deben empezar a incorporarse a la procesión fúnebre de la muerte del planeta, prepararse para conquistar nuevos planetas o adaptarse para vivir en un mundo virtual, existen aquellos que piensan que aún es posible detener la catástrofe si se pasa de la retórica a la acción.

La guía para lograr quedarse en la Tierra se inicia volviendo a objetivar los problemas, dedicando más tiempo a solucionarlo que a extenderlo, para conseguir fines económicos y geopolíticos. Es necesario dejar de coquetear con la fantasía de pensar que la tecnología permitirá controlar los conflictos, mientras los drones se dirigen a las ciudades ucranianas para destruirlas.

Para que la guía resulte útil, es preciso que antes se produzca un acontecimiento inesperado: recuperar la cordura. Sin ella, los inofensivos molinos moviendo sus largas astas seguirán siendo gigantes amenazantes a los que combatir.

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