Grecia: mejor la guerra que la paz corrosiva

Todo sistema requiere de suficiente energía y variables activas para su subsistencia. La desactivación de los elementos dinámicos de un sistema económico, a priori, desemboca en una desaceleración del desarrollo.

Lo que los supuestamente solidarios y sofisticados socios de Grecia parecen no comprender es que la desactivación de activos monetarios y no monetarios después de un punto critico acaba, inevitablemente, en entropía. La entropía económica de un Estado es señal inequívoca de la pésima aplicación de las leyes de apoyo, de fomento y de control, una vez presentada una debilidad del sistema.

Alemania parece tener una memoria muy corta, ya que es conocido que fue la extrema austeridad económica impuesta a Alemania por los aliados después de la Primera Guerra Mundial lo que desembocó en la Segunda Guerra.

La amnesia alemana es por partida doble, ya que fueron los generosos términos de amnistía económica, a través del Plan Marshall liderado por Estados Unidos, los que permitieron la recuperación económica y social alemana y su posterior crecimiento. La falta de cortesía germánica no es muy inteligente.

Dada que la cortesía abusada es cortesía renunciada, la posición analítica de Paul Krugman opuesta a la Troika tiene sentido, aunque es excesivo decir que la creación del euro fue un error. Dada la extrema situación de Grecia, es mejor la guerra que la paz corrosiva.

De suma importancia es la identificación de hasta qué punto los dictámenes de austeridad impuestos a Grecia están informados por los intereses de los socios monetarios de los estados de la Troika. Por tanto, es fundamental el análisis ético y exhaustivo de los conflictos de intereses entre los directivos de la banca de inversión, multinacionales y los ministros de economía, directores de bancos centrales y funcionarios en niveles políticos clave.

Se menciona a Goldman Sachs, ya que esta empresa se dice que estuvo envuelta en la preparación de los instrumentos y el diseño de la dinámica financiera que permitió la entrada monetaria de Grecia en la Unión Europea. Se recuerda que la entrada monetaria de facto de Grecia en la estructura financiera Europea no sucedió hasta dos años después de que el euro se activara como moneda legal en los mercados financieros el 1 de enero de 1999.

En febrero de 2010, Der Spiegel anunció que «Goldman Sachs ayudó al gobierno griego a encubrir el verdadero alcance de su déficit con la ayuda de un acuerdo de derivadas que legalmente eludió los reglamentos de Maastricht sobre el déficit de la Unión Europea». También, al otro lado del Atlántico The New York Times comparaba el rol de Wall Street en la crisis de las hipotecas subprime y las tácticas de Goldman Sachs en el acuerdo griego ese mismo febrero.

Cuando los grandes errores surgen a partir de cierto nivel es necesaria la investigación correlacional entre todos los miembros, estatales y del sector privado, que participaron en acuerdos fallidos de tan grande envergadura. Cuando el destino de un pueblo se pone en cuestión, las sofisterías típicas legales y financieras dejan de tener gracia alguna.

Como la furia de Aquiles, la extrema austeridad impuesta por la Troika al pueblo heleno ha desatado un fuego depurativo del que resurgirá un Ave Fénix. Ojalá que los miembros de la Comunidad Europea recuperen el valor de carácter y la solidaridad entre estados vergonzosamente ausente hasta ahora.

Rosy Milene Meza es abogada y doctora en jurisprudencia estadounidense