¡Gran mitin electoral de Mas…en TV3!
Molesto, muy molesto. Artur Mas quiere continuar, aunque la presión para que se ponga a un lado será muy grande de aquí al sábado. Un sector del soberanismo, que se encuentra en sus propias filas y en Esquerra Republicana, sabe que con unas nuevas elecciones el escenario puede ser muy diferente, y que los actuales 30 diputados de CDC en la candidatura de Junts pel Sí podrían verse reducidos.
Y que, lo más importante, el proceso independentista podría quedar en un segundo término, porque lo que se aventura en unos próximos comicios en Cataluña, para el 6 de marzo, es un gobierno de izquierdas, protagonizado por Esquerra Republicana.
Mas resiste. Quiere resistir, porque en su naturaleza no figura retirarse ahora. Puede ser valentía, pero también sordera.
Lo que ha impulsado Mas desde 2012 es un proceso plagado de errores. Es cierto que existe una parte de la sociedad catalana, para nada menor, que quiere, realmente, un estado propio para Cataluña. Pero también es verdad que el independentismo ha bebido de la crisis económica, y del malestar de la sociedad catalana con los casos de corrupción.
El hecho es que Mas ya está en campaña. Y utilizó en la noche de este jueves una plataforma enorme, la que le brindó TV3, para fustigar a la CUP, al acusarla de pretender un «cambio en la hegemonía política en Cataluña», y no la independencia.
Mas ha identificado el proceso con su persona con una idea que no es, sin embargo, descabellada. En un proceso de ruptura con España, no se podría dejar de lado a las amplias clases medias catalanas. Es más, sin ellas, es imposible cualquier cambio de envergadura del status jurídico y político de Cataluña. Pero hay más actores.
Artur Mas ha entendido que sólo él ha interpretado al conjunto de los catalanes. Ahora bien, y por ello no se puede despreciar a Mas, el presidente en funciones, –que atacó también con fiereza a Podemos, por ser «unos demagogos», recordando el papel de Tsipras en Grecia–, recordó algo que una gran parte de su electorado clásico estaba esperando: «Si se pretende mantener esa capacidad de veto, yo también puedo dejar de lado mi compromiso para retirarme en 18 meses».
Es decir, Mas abandonaría los acuerdos sobre el proceso soberanista, con la idea de elaborar una constitución catalana en ese lapso, y si gana las elecciones trataría de gobernar durante los cuatro años que marca la legislatura. Mas mira ya hacia las elecciones. Y quiere ser un adversario duro frente a Esquerra y Podemos. «Me defenderé y nos defenderemos», aseguró.
El mitin fue mayúsculo, poderoso, en TV3, –la televisión de todos– con la excusa de que debía explicar la actual situación, tras la enésima reunión de Junts pel Sí con la CUP de este jueves.
Mas ha entendido que debe pasar al ataque. Y en las campañas electorales se crece. Ha comenzado la batalla por los comicios de marzo. Atentos.