Gol de Mas a Junqueras

Los datos son datos. Según la propia Generalitat hay sobre 6.300.000 personas en Cataluña mayores de 16 años con derecho a voto. Han participado alrededor de 2.400.000, es decir, menos del 40%, de los que un porcentaje mayor al previsto será un si/no.

Vamos, nada nuevo en el horizonte. Los cerca de dos millones que votaron a partidos con mensaje independentista como CIU, ERC o CUP; más algunos del PSC i ICV se mantienen fieles, muy fieles, como hace 30 años, y ni con éstas llegan al mínimo ansiado 50%.

Hablamos de un 50% para no hablar de las mayorías que pedía Mas, sobre un 70-80%, y ya ni de coña de las cifras, por ejemplo, de Croacia con un 94% en una participación del 84% en aquel lejano 1991.

Aunque quizás sí que hay una gran novedad. Artur Mas le ha metido un golazo a Junqueras. Si porque que nadie dude que esto ya no va de la independencia, sino que va de liderar Cataluña. Y las cifras, con todo el revuelo y máquina mediática, han llevado a sumar alrededor del 40% de participación, lo que significa que el tema no da para más. Junqueras queda descabalgado y Mas cabalga de nuevo.

Eso sí, no duden de que en las próximas horas ese porcentaje será elevado a la categoría de éxito. Esperemos, sin embargo, que al menos el butirreferéndum sirva para que desde otros puntos del mundo se vea el tema con una mueca de sonrisa ridícula.

Porque seamos serios, si todo el pollo montado por Mas ha servido para que apenas 40 personas de cada 100 muestren su interés y un porcentaje aún mayor del previsto su apoyo al si/no, deberemos agradecérselo sólo a Mas. Además, lo del 9N podrá ser de todo, menos un éxito.

Ha quedado en evidencia que, cuando algunos hablan del poble, hablan de una parte del poble. No neguemos que es un importante número, pero no tot el poble. Cuando TV3 desinformaba o el Govern rifaba el dinero no lo hacía por todos, sino por algunos. Pero eso, señores, será otro capítulo. Ahora los datos son datos y casi deberemos agradecerle a Mas que haya montado este espectáculo para ver la realidad.

A Oriol Junqueras, por su parte, sólo le queda llorar. Creyó que todo estaba en su manos y cayó como un imberbe en la trampa de Mas. Supongo que entiende ahora por qué no pueden convocar elecciones. Sus números con su mensaje, no salen. Tocará ahora aguantar la lucha entre “grupos catalanes” y, al final, perderemos los ciudadanos. Lástima que unos y otros no sean coherentes, se crean su mentira y convoquen elecciones. Así, finalmente, podrían dedicarse a cosas menos perjudiciales para todos.