Generar inflación, topar precios, racionar productos
Limitar el precio de los productos provocará que el economato de la esquina cierre porque no tiene la fuerza de los grandes operadores
Yolanda Díaz, militante del Partido Comunista de Galicia, y vicepresidenta del Gobierno de España, ha llamado a las grandes superficies a que fijen un tope de precio para 30 productos básicos. Díaz cree que marcar un precio máximo para los huevos o el pollo es la vía para frenar la inflación a la que ella misma ha contribuido de forma concienzuda.
Díaz ha subido el Salario Mínimo dos veces y ahora quiere hacerlo una tercera, el incremento de costes laborales, las empresas lo repercuten en sus productos y servicios y genera inflación. Asimismo, ha sido una entusiasta de crear impuestos para la banca y las eléctricas que dichas empresas también repercutirán a sus clientes generando más inflación.
La vicepresidenta y ministra de Trabajo ha fomentado la limitación de generación de energía mediante restricciones de todo tipo a energía nuclear o fósiles y eso ha contribuido a que ahora el gas y la electricidad estén por las nubes.
Díaz es, finalmente, una amante incondicional del gasto público, lo que también provoca inflación y hace perder valor a la moneda.
Generadora de inflación y pobreza
En definitiva, Díaz es una defensora de un cóctel infalible para llevar a la gente a la pobreza generando inflación mediante subir salarios, subir impuestos, limitar la producción y generar gasto público. Ahora pretende rematar su camino hacia lo que Hayek llamaba servidumbre limitando los precios de ciertos productos.
Una de las exigencias de la Unión Europea para que España entrara en las instituciones comunitarias fue la desregulación, la liberalización, que el Estado dejara de fijar precios de productos esenciales y la competencia. Díaz pretende devolvernos a la España económica previa a desarrollismo franquista, es una nostálgica del INI y aún más de los conglomerados industriales cubanos de los que todos sabemos como terminan: mercado negro, falta de productos, hiperinflación y pobreza.
Díaz convoca a las grandes superficies a una reunión para que topen sus productos y al hacerlo condena a miles de pequeños establecimientos al cierre y a millones de personas a no poder adquirir productos que van a desaparecer inmediatamente de los lineales porque a sus productores y distribuidores les saldrá más a cuenta enviarlos al Auchan de París o al Lidl de Berlín que al Mercadona de Madrid o al Consum de Valencia.
Limitar el precio de los productos hará que muchos pequeños comercios no puedan vender esos productos, porque la ley impide vender a perdidas precisamente para evitar la competencia desleal de las grandes superficies. Díaz, por lo tanto, se pone del lado de la oligarquía. Cuando Pedro Sánchez se entere le va a dar un yuyu dado que el Presidente critica a los empresarios y los caricaturiza “como los puro” siempre que puede.
Limitar el precio de los productos provocará que el economato de la esquina cierre porque no tiene la fuerza de los grandes operadores para negociar ni el precio del producto, ni el coste del alquiler, ni el precio de la luz, cosas que se han disparado gracias a los impuestos y las limitaciones en el mercado inmobiliario tan del gusto de Díaz.
En definitiva, limitar el precio de un producto es coherente con la ideología y militancia, comunista, de Díaz. Gustavo Petro, presidente de Colombia y referencia para Díaz, lo ha explicado hace pocos días “los pobres cuando dejan de serlo se vuelven de derechas”, ha dicho Petro refiriéndose a los colombianos residentes en Miami. Liz Truss, nueva primera ministra británica, lo dijo al revés cuando le preguntaron a cerca de que porque ella era conservadora si sus padres eran laboristas: “para que la gente no sea pobre”.