Francina Armengol sabe cómo seducir a Puigdemont
No olvidemos que una buena parte de Junts no quiere acordar con el PSOE nada en absoluto
En Cataluña desde hace mucho tiempo no gobierna la lista que más diputados obtiene, ni que resultara del partido con mayor número de papeletas. En las elecciones de 1999 la formación más votada fue el PSC de Pasqual Maragall y no gobernó debido a la ley electoral que benefició a la CiU de entonces con más diputados en Girona, Lleida y Tarragona por número de votos. De ahí, por cierto, que hasta los independentistas prefieran la ley estatal que hacer una autonómica como en el resto de las comunidades.
En España no se elige a un presidente. Se vota a partidos con listas cerradas que componen el total del arco parlamentario que es quien elige al presidente, que puede hasta no ser diputado. Así son las reglas del juego, importantes para que nadie haga inventos extraños. Imaginen que, en el parchís, el dueño del tablero decidiera cambiar la norma del número cinco para salir una ficha porque le saliera sólo el seis. Hay que saber a qué atenerse.
Así las mayorías absolutas te conducen a la presidencia por los votos de los diputados y ganar sólo te confiere la honra de haber sido el primero. No más. Como Inés Arrimadas o Salvador Illa que fueron los primeros en sus elecciones, pero nada pudieron hacer para gobernar.
Pedro Sánchez es un especialista en negociar
Estas elecciones las ganó el Partido Popular. Pero cuando las mayorías son tan escuálidas eso significa muy poco. Y más en el caso de que la única fuerza que está dispuesta a apoyar al primero es rechazada por el resto. El resultado es el aislamiento.
Pedro Sánchez es un especialista en negociar. Dar y después ya veremos. ¿Cuál es su mayor escollo? El independentismo catalán. Con ERC ya existe una logística negociadora que, a tenor de los últimos resultados, erosiona su imagen electoral. Estas últimas elecciones el partido de Pere Aragonés perdió más de 300.000 mil votos. Sin embargo, Gabriel Rufián, el número uno en las listas de Esquerra para el Congreso, ha marcado un estilo negociador, aunque eso le haya creado una imagen negativa frente a la bancada de Junts.
Con este partido, las cosas son bien diferentes. El eje central de las decisiones es Carles Puigdemont. El fugado, el no juzgado, pero el eurodiputado. El sentido común alerta de que una negociación con su figura supondría una situación irregular. Pero el mismo sentido común evidencia que su formación se ha presentado a las elecciones con todas las de la ley.
Se cuenta que Pedro Sánchez y Carles Puigdemont han llegado a hablar. Pero no es necesario. Para qué arriesgarse. Esas llamadas telefónicas las cargas el diablo. Uno y el otro tienen cientos de negociadores dispuestos a hacer de intermediarios.
Sin ir más lejos, la nueva presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol. Cuando los dos eran presidentes de sus comunidades mantuvieron una relación intensa y en un punto muy concreto: financiación. En los dos casos reclamaban el principio de ordinalidad y una condonación de la deuda.
Esos son los puntos que Pedro Sánchez va a tener como prioritarios a la hora de buscar un pacto de investidura, además de otros imposibles, que funcionen para encontrar el titular. No olvidemos que una buena parte de Junts no quiere acordar con el PSOE nada en absoluto. Su solución pasa por unas nuevas elecciones.
Ya explicamos que la constitución de la Mesa del Congreso iba a marcar los criterios a seguir. Imaginar algo concreto es difícil, pero es cierto que Puigdemont ha demostrado que sabe hacerlo. Es una de sus prioridades: demostrar que no es un friki. Y evidenciarlo tanto ante la opinión pública española y, sobre todo, antes sus colegas europeos donde no acaba de tener demasiada buena prensa.
A quién le interesa unas nuevas elecciones. Al país, no. La pregunta fija la mirada en Junts. ¿Qué haría el votante ‘indepe’ ante una situación? ¿Qué motivó la pérdida de votos en JxCat? ¿Fue una ausencia premeditada? Todo un misterio. Puigdemont estaba casi en fuera de juego y unas elecciones españolas lo han resucitado. Ya ven. La política.