Foco de Excelencia
He asistido esta semana en el CaixaForum de Girona a la presentación del proyecto estratégico del Campus de Excelencia Euromediterráneo del Turismo y del Agua (E-MTA), que une las Universidades de las Islas Baleares y la de Girona, y varios clusters empresariales y otras universidades del sur francés. Invitado por el Rectorado, creí oportuno apoyar la plasmación de una de las iniciativas que a finales de la anterior década significó un cambio de chip en la gestión de las políticas de investigación e innovación.
Primero fue el diagnóstico a fondo de la realidad catalana en este ámbito y las propuestas de cambio que se incluyeron en el Pacto Nacional para la Investigación y la Innovación (2008). El acuerdo fue firmado por todos los partidos políticos, sindicatos, patronales y universidades. Las prioridades eran las siguientes:
1. Focalizar los centros de investigación y las líneas de excelencia de las universidades. En este sentido, se preveían 19 retos o focos donde Catalunya ya sobresalía o podría sobresalir y, por lo tanto, convertirse en un referente internacional.
2. Agrupar los centros de investigación e innovación para superar la excesiva fragmentación y falta de masa crítica.
3. Conectar el I D con los clusters empresariales para facilitar la transferencia y, por lo tanto, la creación de empleo con el consecuente retorno económico y social.
En línea a estos objetivos, se pusieron requisitos en las universidades y los centros de investigación (con la institución CERCA) vinculados a presupuestos variables y se pidió que se hiciera un esfuerzo de focalización de profesores, departamentos, facultades y universidades con el fin de alinearse con los objetivos del Pacto. Hay que decir que la primera en cumplir estos requisitos fue la Universidad Rovira y Virgili. Este centro educativo ya estaba bastante focalizado entorno al reto de la alimentación y la salud, la química y el turismo.
Después de la acción de la Generalitat, el Gobierno del Estado reaccionó y propuso la estrategia de campus de excelencia a la manera francesa o alemana. La selección de las universidades comportó un trabajo notable de reflexión del sistema universitario, que en el caso catalán ya estaba en marcha, aunque fuera con el aliciente del acceso a presupuestos más jugosos.
Lamentablemente ese esfuerzo se sustentaba, como muchas veces ocurre, con las reformas emprendidas por Madrid, sobre dos supuestos débiles. Las comunidades autónomas debían pagar una parte importante de la fiesta aunque luego eran invitadas de piedra en el momento de establecer criterios y hacer los exámenes. El otro supuesto era que el Ministerio cumpliría, cosa que no hizo, afectado por los primeros grandes tijeretazos que ZP practicó sobre el área de universidades. Mientras tanto, el Plan Zapatero vertía inútilmente miles de millones de euros en alargar la burbuja constructora, asfaltando calles que ni siquiera los ayuntamientos tenían en cartera.
Pues bien, a pesar de estas desgracias que acompañaron el nacimientos de los focos de excelencia, la semilla sembrada empieza a dar frutos. A veces con apoyo privado, que tampoco está mal, aunque algunos izquierdistas se desgarran las vestiduras. Ese es el caso concreto del E-MTA, que cuenta con el apoyo de la obra social de La Caixa.
En la presentación en Girona, nos hablaron de que el turismo avanzaba hacia una nueva generación donde después del esfuerzo en capital físico, se iba hacia la inversión en capital humano, la transferencia de conocimiento del mundo académico al empresarial, y al paso de un tráfico de viajeros y pernoctaciones en el ofrecimiento de servicios sofisticados cuaternarios o quinarios. Nos informaban también, que el clúster del agua avanzaba hacia un modelo de gestión integrada y que hacía falta considerar cada vez más la huella hídrica de los actos humanos e industriales.
Agua y turismo. Dos de los retos contemplados en el pacto nacional catalán, estratégicos en los próximos años y que parten de la existencia en Catalunya de dos potentes sectores empresariales vinculados a ellos y con un notable nivel de excelencia del sistema de I D. Aún recuerdo cuando, durante mi mandato, decidimos montar el ICRA, con cuyo director y componentes del cluster del agua se propició un provechoso viaje a Israel. El ICRA, el centro de investigación del agua de Girona, facilitó la adscripción de la Universidad de Girona a este reto.
Los ponentes del acto subrayaron que el plan les ha permitido saltar barreras entre académicos y empresarios. Aleluya. Y así hemos oído indistintamente en boca de unos u otros hablar de ecosistema innovador, de cooperación y alianzas. De promover una formación vertical desde la FP hasta el doctorado, como se está haciendo con el agua y el turismo. Eso demuestra que se debe evitar el gap entre el interés académico y el interés de mercado. Así como promover la innovación abierta, donde las empresas, por más grandes que sean, necesitan mirar al mundo y aliarse o comprar pequeñas empresas que son las que innovan ágilmente y así reducir el time-to-market.
Y, finalmente, vimos las potencialidades de hibridar los dos retos. Por ejemplo, un aplicativo para móvil que a la vez que informaba del estado de las playas y el tiempo meteorológico, se convertía en un portal de conexión con la oferta turística y de restauración de la zona. Podríamos añadir el reto de reciclar el agua que tiene usos turísticos o el macro desafío de la descontaminación del Mediterráneo y la preservación de la biodiversidad como fuente de sostenibilidad ambiental y económica, etc. Y, aunque las facultades de las universidades como la Universitat de Girona no están aparentemente vinculadas al Campus de excelencia, deben encontrar una oportunidad. Derecho del agua y del turismo; ciencias sociales del agua y del turismo, el agua en la salud y la alimentación, etc.
El acto fue clausurado por el consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig, que anunció una subida del 10% del turismo exterior, el liderazgo catalán en Europa en atracción de inversiones y una aceleración de las exportaciones. Se diría que el país se está preparando para el día después. Acto, pues, el de Girona, que servía para relajar mi espíritu que, cada mañana, se excita al ver cómo la demagogia españolista de los ministros sigue especulando sobre un techo de déficit injusto que condena a millones de catalanes en la miseria .