Florentino, de concejal a Rey

Fue un aprendiz de concejal. Ya ha llovido. Y de ahí saltó a la empresa. Antes hizo amigos. Todos sabemos cómo se hacen amigos en la política. Pasó a la empresa. Y a la presidencia del Real Madrid. A ser el Rey. Rey de la Castellana, Rey de las torres trillizas, Rey de ACS y Rey de las obras en los países nativos de sus futbolistas.

Digo Rey de la Castellana porque ahí está el campo de fútbol, que no estadio, del Real Madrid. Y Florentino es el Rey en el palco y en el césped. En el palco ya lo sabemos. En el césped porque pone a los jugadores interesantes para el mercado. Y sino, de qué iba a jugar el Bale casi todo el partido en Turín. No lo hubiese puesto ni un entrenador de regional. Ancelotti sí, porque obedece a Florentino, el Rey.

Rey de la Castellana porque hacia el sur, junto a la plaza de Colón, está la Audiencia. Y ahí, por lo ocurrido, también es el Rey. Declaró hace unos días. Nada de publicidad. Pasó de puntillas por la prensa. ¿Por qué será? Ah, seguro que también reina. Aceptó, ante el juez Velasco, que pagó 300.000 euros (50 millones de pesetas) al conseguidor de la trama Púnica, Alejandro de Pedro. ¿Para qué? Para contrarrestar a la prensa, sobre todo deportiva, en sus campañas con jugadores.

Un caso fue con Bale. Hay que mantenerlo alto. Aunque no rasque bola. Pero como es el Rey, incluso desafía al juez.  «En alguna de las tres conversaciones que mantuvo con Alejandro de Pedro, o antes de que nosotros grabásemos, ¿le pidió dinero para el Partido Popular?», pregunta el juez Velasco. Y la respuesta de Florentino fue: «Me molesta mucho la pregunta. Yo tengo muchos años, tengo una empresa que tiene doscientos y pico mil trabajadores… La respuesta es no. Si me conociera usted, no se habría atrevido a hacerme esa pregunta. No hay sobres ni dinero. Ni en negro ni en blanco». Toma Florentino. Molesto por la pregunta del juez. Ejerciendo su poder en el juzgado. Reinando.

Y no pasó nada. Nos ponemos usted o yo en esa respuesta y ¿dónde vamos? Al calabozo, seguro. Florentino se fue a su despacho. Y los medios han guardado silencio, con alguna excepción. Las preguntas no ofenden, Florentino. Ofenden las respuestas. Y, claro está, todos no somos iguales ante la ley. Ni mucho menos. Florentino sigue siendo el Rey, hasta en el juzgado.

Los otros reinados los dejamos para otro día. Hoy nos vale con su reinado en la Castellana. Y la reverencia del establishment nacional. De cada día, en cada partido. Salve Florentino, aunque Bale no rasque bola. Tú eres el Rey.