Flaqué en la estrategia de moda
Asistí el otro día al funeral de Paco Flaqué. Recordaba los siete años de relación cordial que tuve y con mis responsables de política de moda. Destaco la categoría de profesional de Paco, hombre eficaz, al servicio de la política. De un entusiasta orgullo a favor de la marca Barcelona-Catalunya, prisionero a veces de la interminable y pesada liga española con Madrid, pero a la vez con visión de la necesidad de buscar aire más allá del raquítico espacio peninsular en la internacionalización del sector .
Cuando mi equipo asumió las competencias de moda, ¿con qué nos encontramos? En el seno del departamento ningún plan estratégico ni unidad ni responsable especializado en un tema tan estratégico. Y la subvención a dos salones-pasarelas la Gaudí y la Barcelona Bridal Week.
Lo primero que se hizo es encargar al profesor José Luís Nueno un estudio descarnado de lo que teníamos y propuestas. De este análisis sale que la pugna agotadora con Madrid para captar en exclusiva diseñadores que en algunos casos jugaban al juego de dejarse querer ahora por Gaudí, hoy por Cibeles, no llevaba a ninguna parte. Que estábamos hablando de pasarelas de escasa repercusión internacional, muy lejos de los referentes en París, Nueva York, Londres, Milán…
Pasarelas que recibían más de un 80% de financiación pública lejos también de las internacionales, algunas totalmente privadas y como mucho con el 50% de participación pública. Pasarelas que en el momento fundacional seguramente tuvieron la virtud de posicionar algunas marcas y diseñadores a nivel estalal, pero que en el siglo XXI no se justificaba la recepción de tanto dinero público simplemente para asegurar un mercado de proximidad que debe ser la tarea primordial de cualquier empresario que merezca ese nombre.
Las grandes marcas internacionales catalanas no tenían ninguna relación con la política de moda y los industriales textiles tampoco. Con la excepción del sector novias.
Es aquí donde sale la propuesta de jugar en un nicho del sector que pueda posicionar Barcelona a escala mundial. Y este nicho es la moda independiente y emergente. Aquí nace 080. Flaqué aceptó con elegancia y lealmente el cambio de modelo. Y eso es de agradecer cuando hay, muchas veces, gente que sólo ríe las gracias a la administración si favorece sus intereses privados.
Al mismo tiempo también es cierto que la otra criatura de Flaqué, el salón novias continuó recibiendo el mismo apoyo y más si era necesario, porque estábamos hablando de un segmento plenamente internacionalizado donde Catalunya lidera de largo a escala mundial y donde la feria de Barcelona es la primera del ramo en el mundo. Aquí valía la pena apostar por ella. E incluso estimulé a Flaqué a internacionalizar la feria haciendo otros similares en todo el planeta. El entendimiento estuvo hasta el final.
En paralelo paríamos un plan integral de moda. Desde las escuelas de diseño con becas para los mejores para estar un año junto a los mejores diseñadores internacionales. El espacio Cuna, de apoyo a la creación de unas primeras colecciones. El espacio Phisic, en Igualada, con el Gremio de punto para coger los emergentes y vincularlos con la industria. El 080 como escaparate. Y finalmente subvenciones a los empresarios y diseñadores consolidados para desfilar en las auténticas capitales de la moda y para abrir tiendas en el mundo. De hecho se establecía el primer plan estratégico de exportación textil diseño de la mano del antiguo COPCA.
Flaqué asumió el papel que se le dio en este nuevo diseño estratégico desde la lealtad institucional. Ahora que nuevos vientos soplan en las políticas de moda donde se han liquidado los principales programas del plan estratégico que conducían desde la escuela a la internacionalización, nos ha dejado Paco. Descanse en paz después de haber sido protagonista de la lactancia del sector moda y de su maduración.