Fin de campaña. Hora de escuchar

Por fin. Llega el final de la campaña electoral. Por fin se callarán políticos y candidatos. ¡Mira que dicen tonterías! Y promesas. Oh, señor. Qué cantidad de promesas para no cumplir. Qué forma de mentir. Ya lo anticipó el ilustre Tierno Galván, las promesas electorales se hacen para no cumplirlas.

Llega el fin de semana y volverá el silencio a inundar las plazas de las ciudades. Y las televisiones, radios y prensa en general. No leeremos ni escucharemos esa cantidad de memeces. Y si se hace será para reír, que falta nos hace. Será para escuchar.

Oiga, puestos a repasar las memeces electorales destaca algo especial. La mayoría y las más llamativas las han protagonizado gente del PP. Los demás también tienen las suyas, pero las del PP…¡Madre mía! Destaca, ¡cómo no!, Esperanza Aguirre, la condesa consorte.

Buscó rápido su enemiga, quien le iba a hacer sombra, (es rápida la Espe para ver el peligro) y acusó a Carmena de no ser juez por oposición. Falso. Pero ahí queda. A su marido de corrupto y resulta que es el suyo, el de Espe, el conde, el que se ha llevado la pasta. Y la guinda la ha puesto al final acusando a Carmena de defender a los etarras y sucede que estuvo amenazada por ETA. Mayor Oreja la advirtió del peligro. Esta Lideresa, si no tiene argumento se inventa ETA y a seguir. Casi ha acertado en todo, Lideresa. Está usted para que la encierren.

Claro que no menos sonada ha sido la reflexión del presidente Rajoy de que en España nadie habla del paro. Nadie presidente. Solo cinco millones de parados y sus familias. Y algunos amigos. Casi nadie. Usted y sus amigos no hablan de paro. Por eso aumenta en vez de disminuir. Tiene su Gobierno más paro que el que dejó Zapatero, el culpable de todo, según ustedes.

Baje a la tierra, presidente, y recolecte algún consejero algo mejor que los que tiene. Al menos irá acompañado. Algo sí disminuirá el paro. Como le abandonan todos los ministros, o casi, tendrá que rescatar del paro a una docena de trabajadores para sustituirlos. Algo es algo.

Tampoco ha pasado desapercibida la frase del ministro de Economía, Luis de Guindos, (¡anda, parece que está en España!), sobre que el Gobierno no ha rescatado bancos, sino a los ciudadanos. Si no lo conociera diría que se pincha, señor De Guindos. Usted no sabe lo que es la calle ni los ciudadanos. Vuela por las alturas. Y quiere volar a Europa, a presidir el Eurogrupo. ¡Uf, uf! Que tenga más suerte, el Eurogrupo, que Lehman Brothers.

Final de campaña, final de tanta estupidez. Tanto hablar, tanto hablar, se les ha olvidado escuchar. Pues llegó a la hora. Escuchar a los ciudadanos. Al pueblo. Escuchar, por favor.