Fin a la edad de la inocencia
La edad de la inocencia es una novela de Edith Wharon de 1920 que tanto Colau como Rivera deberían releer durante las próximas y deseadas vacaciones
Discrepo del admirado Francesc de Carreras, inteligente, valiente y buena persona. No creo que Rivera deba regalar los votos a Sánchez solo para evitar que los separatistas tengan alguna influencia en su gobierno.
El nivel de influencia del separatismo en el futuro gobierno Sánchez no depende de Rivera o de Casado, sino de las concesiones que el presidente saliente e in pectore esté dispuesto a realizar al separatismo.
Sin concesiones, con un programa claro, como el de Lambán o Page en Aragón o La Mancha, Rivera y Casado lo tendrían más difícil para justificar su posición contraria a Sánchez. La nacionalista canaria Oramas lo ha explicado con toda claridad: No a Sánchez por razones programáticas y por sus acuerdos con Podemos.
Sanchez elige. Lo hizo en el 2015 cuando firmó un acuerdo con Rivera. Si Sánchez no quiere a Vox en Andalucía, Murcia o Madrid lo tiene fácil, que apoye a Almeida en el ayuntamiento capitalino o a López Miras en la Región de Murcia. Es exactamente lo mismo que Ábalos le está pidiendo a PP y a Cs.
La posición del PSOE se basa en un falsa superioridad moral ¿Por qué solo ellos pueden decidir con quién se pacta? ¿En base a qué es malo pactar con Vox y bueno hacerlo con Podemos? Analizado fríamente, Podemos es una fuerza infinitamente más radical que Vox, que además no tiene la inclinación de los podemitas a escraches ni a la condescendencia con la kale borroka.
¿Qué diferencias hay entre el “trifachito andaluz” y el “trirrojillo” valenciano? ¿Podía Puig haber buscado el acuerdo con Cantó y orillar a Compromís y a Podemos?
Para llegar al Gobierno, Cs debería demostrar, en toda España, que es un partido con propuestas pero también útil a la sociedad mediante su implicación en la gobernación. Por eso erró en Cataluña no presentándose a la investidura tras la victoria de Inés Arrimadas en diciembre de 2017 y por eso errará si no facilita gobiernos autonómicos y municipales y se implica en ellos con naturalidad.
Ada Colau, tras surfear durante años, ha perdido su inocencia. No será lo mismo el pacto con Collboni del 2015 que el de ahora. Collboni tiene el doble de concejales, ella uno menos y sobre todo el primo de Zumosol está en la Moncloa y en 2015 estaba Rajoy.
Con un socio en el poder, y notando su aliento electoral en tu cogote el margen para la demagogia populista se reduce mucho, lo cual paradójicamente puede permitirle crecer como alcaldesa y hacer mejor mandato que el primero, que resultó un verdadero desastre.
Si Torra cumple su amenaza de “volverlo a hacer” – se refiere a dar un golpe de Estado-, y no tengo ninguna duda que cumplirá su palabra dado su nivel de fanatismo ciego e inconsciente, le tocara a Sánchez convocar al Senado y volver a aplicar el 155. Cuando eso suceda, en esta ocasión Colau no podrá expulsar a Collboni porque si lo hace, a diferencia de la vez anterior, perdería el ayuntamiento en favor de Maragall.