Figueras, un referente mundial en butacas de alta gama

La sociedad Figueras International Seating figura por derecho propio en la lista de las “multinacionales de bolsillo”, título que el diario británico Financial Times acuñó tiempo atrás en un reportaje sobre las empresas españolas de tamaño pequeño, que obtienen el grueso de sus ingresos en los mercados exteriores. Entre ellas citaba a numerosas firmas catalanas.

Figueras, con sede en Lliçà d’Amunt, tiene una plantilla de 175 personas. Se dedica al diseño y fabricación de butacas y asientos que incorporan alta calidad, innovación y tecnología avanzada. Hasta la fecha las ha instalado ya en más de 100 países.

A título de ejemplo, los ha servido para numerosos aeropuertos de los más variados enclaves geográficos, desde la Terminal T1 de Barcelona, hasta el London City, de Londres, pasando por los de Maiquetia, en Venezuela; Iquitos, en Perú; Duala, en Camerún; Sabina, en Estambul; Pulkovo, en San Petersburgo; Jartum, en Sudán; y en el emirato de Bahrein.

Además, las sillerías de la marca equipan cines, estadios, casinos, conservatorios, palacios de congresos y exposiciones, teatros y salas de conferencias por el ancho mundo. Entre sus suministros más recientes figuran los de un nuevo centro deportivo de Qatar; una infraestructura multiusos de Glasgow, que lleva el sello del arquitecto Foster y se asemeja a un Ovni; y un auditorio alojado en el edificio Constitution Center de Washington, el mayor inmueble de oficinas de esa urbe norteamericana.

En más de una ocasión, los productos de la marca han sido testigo de acontecimientos memorables. Así, cuando los presidentes Gorvachov y Reagan firmaron un acuerdo en el Kremlin a finales de los 80, las sillas de la sala de prensa eran de Figueras. Los rusos buscaron el mejor producto del mercado, dieron con la marca catalana y fletaron un avión para recoger la mercancía.

El capital de la compañía de Lliçà d’Amunt está controlado por José Figueras Mitjans, quien desde hace un cuarto de siglo desempeña la presidencia ejecutiva.

En el ejercicio de 2012, las ventas de la casa bajaron de 40 a 33 millones de euros, con un resultado negativo de 1,5 millones. El 77% de la facturación corresponde a exportaciones.