Ferrovial: puede, debe y le conviene irse 

Ferrovial se va de España porque puede, debe y le conviene hacerlo. Es la misma lógica que siguieron las empresas que huyeron de Cataluña: alejarse del populismo

Hendrick’s y jamón Joselito; prostitutas y drogas; Ramsés y Sombras. En plena pandemia, mientras regía una suerte de arresto domiciliario para el grueso de la población, los cenáculos funcionaban en Madrid al mismo rendimiento que en Andalucía años ha.  

En 2020, como en la era de los ERE, diputados socialistas decidían cómo distraer dinero público regado desde Europa –antes, el de la formación para desempleados; ahora, el de la energía verde, que es donde están las subvenciones actuales—. Se lo repartían entre rayas de cocaína y (vulgo) putas. También entre puros, como quedó grabado.  

Tito Berni y el general Papá, con el mediador, recurrieron a una metodología corrupta que cumple más de cuatro décadas sin evolucionar dado su relativo éxito, particularmente en el PSOE. En el PP tampoco es que sean unos santos, pero sí escasean en ese partido los viciosos de la grabación que dejan documentadas sus visitas al Sombras.  

Sánchez atribuyó los usos y costumbres de, al menos, 15 diputados socialistas a Amancio Ortega, Ana Botín, Juan Roig y otros regentes del IBEX 35 

Algo de pudor retienen los conservadores o simplemente en el PSOE, como ya pasaba en Andalucía, se creen intocables. Parece poco discutible que las sentencias de la trama de los ERE son relativamente asequibles en proporción al latrocinio documentado. 

Hace pocos meses, cuando la economía no respondía al ritmo prometido por Pedro Sánchez, el mismo presidente instrumentalizó sus comparecencias institucionales para hablar de “los señores del puro” (dixit). Con lo que sabemos hoy, cualquiera escribiría que se estaba refiriendo al tito, al general y al mediador.  

Sánchez apostilló específicamente que “(los señores del puro) se enriquecen a costa de los españoles”, sin aportar nombres. ¿Señores que se enriquecen gracias a los impuestos en restaurantes caros y que luego se van de (vulgo) putas para celebrarlo? Tenía que referirse a Berni o a los amigos de Griñán. Quién sabe… semanas después, sus ministras disipaban dudas.  

Sánchez, en realidad, atribuía los usos y costumbres de, al menos, 15 diputados socialistas a Amancio Ortega, Ana Botín, Juan Roig y varios regentes del IBEX 35. La escalada dialéctica se acentuaba con el paso de los meses, aunque en privado les pedía compromiso. Por ejemplo: mientras fustigaba a la banca desde el atril monclovita, la empujaba a movilizar los fondos europeos.  

El problema de Sánchez es que ha convertido las instituciones en él, algo, por otro lado, que en el IBEX 35 saben identificar muy bien dada la experiencia ganada en Venezuela y Argentina… o en Cataluña 

Y a la par que se extendían rayas y corrían las (vulgo) putas, Sánchez exigía a los bancos que abrieran el grifo del crédito con unos avales del ICO que todavía hoy nadie sabe cómo están consignados en la contabilidad nacional. No bastó con este juego esquizofrénico.  

Para adornar su campaña electoral, decidió inventarse un impuesto específico. Y otro para las eléctricas, quizá porque son más chulas que él. Pero el problema del Gobierno Sánchez no es su discurso. Ni mucho menos su ideología. Lo es el populismo que mueve el engranaje y que está detrás de todas sus decisiones.   

España es un gran destino inversor. Su geografía, clima y calidad de vida van de saque. Las instituciones solo tienen que preocuparse de no molestar, estableciendo unas reglas de juego claras y predecibles. Es decir: su trabajo debería consistir en crear seguridad.  

El problema que cada día ven los inversores con más claridad es que Sánchez ha convertido las instituciones en él, algo, por otro lado, que en el IBEX 35 saben identificar muy bien dada la experiencia ganada en Venezuela y Argentina… o en Cataluña. 

Centenares de empresas con sede catalana tomaron la misma decisión en 2017 que esta semana confirmó Ferrovial: irse. Huyeron del populismo independentista. La concesionaria hace exactamente lo mismo, poner varias jurisdicciones por medio entre su sede y el populismo, esta vez el sanchista. Solo cambia el adjetivo: el problema está enquistado. Y es que ahora, el patrón se cumple hasta con la respuesta del Gobierno.  

Yolanda Díaz: “(Ferrovial) ha crecido al albur de los españoles (probablemente Díaz quería decir ‘a cobijo’ o ‘gracias a’, en vez de ‘al albur’ puesto que sabemos, menos en Podemos, que es un sinónimo de ‘casualidad’)”. Al margen de los deslices orales de ministras que representan al grupo del Gobierno que manda leyes al Congreso con faltas de ortografía, el sentido de la reacción es el mismo que el del separatismo catalán antaño.  

Díaz y su colega Nadia Calviño, pillada como presidenta de una fundación enredada por el tito Berni, deberían preguntarse qué pueden hacer para atraer al capital. Sería más útil y creíble que enredarse con declaraciones tan altisonantes como inútiles. En 2022, llegaron –según Calviño— a España 22.000 millones de inversión internacional. Y se inyectaron porque a sus dueños les conviene para sus negocios.  

Por tanto, ¿qué medidas van a tomar este año para que España convenga más? ¿Los impuestos sorpresa y retroactivos sobre actividades y capital ayudan o lastran? ¿Creen ambas que, por ejemplo, la nueva ley de vivienda atraerá dinero o al revés?  

¿Qué opinan de las constantes advertencias europeas sobre los planes de Sánchez para los órganos judiciales? ¿Están de acuerdo con aplicar penas de telediario cada día a los empresarios más mediáticos? ¿Saben que tiene un coste reputacional?… 

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino. EFE/Emilio Naranjo

Si esas reflexiones, y otras tantas, se ausentan del seno del Gobierno mucho más tiempo, Ferrovial puede ser solo el detonante. Y es que, como en Cataluña, las empresas que se vayan de España migrarán 1/porque pueden hacerlo 2/deben hacerlo y, lo más importante, 3/les conviene hacerlo. La reacción en bolsa fue elocuente. Los Del Pino no se equivocan.   

De vuelta a los cenáculos, una semana después de que Monika Hohlmeier regresara a Bruselas sin encontrar los 11.000 millones en fondos europeos, que siguen sin aparecer por ningún lado, los cronistas tienen claro que no cenó en el Ramsés. Las mujeres de negro son de las pocas que rechazan los verdaderos señores del puro.