¿Cuál va a ser la clave para gobernar Cataluña?
La cuestión que sigue atenazando la posible gobernabilidad de Cataluña es la lluvia fina de los procesos judiciales
La clave de la nueva legislatura política en Cataluña es la puesta en marcha de un gobierno independentista capaz de hacer compatible y soportable el calendario político con el calendario judicial derivado de las causas abiertas desde los hechos del 1 y el 27 de octubre. La cuestión que sigue atenazando la posible gobernabilidad de Cataluña es la lluvia fina de los procesos judiciales. Como una variación sobre el serio juego surrealista del artista belga René Magritte en su obra Golconda, veo caer del cielo a cientos de hombres como gotas de lluvia sobre la fría ciudad; los veo caer con citaciones y órdenes judiciales.
La pregunta que debemos hacernos es cómo será posible impulsar políticas para gobernar la realidad catalana desde el nuevo gobierno de la Generalitat mientras los protagonistas de la pasada legislatura van siendo citados y encausados por su política unilateral. Cada vez que el nuevo gobierno apruebe nuevas medidas para encauzar la economía se puede encontrar con que los procesos judiciales dejen sin efecto sus propuestas. Podríamos llegar a imaginar que las consecuencias de la política unilateral de la pasada legislatura canibalice a la actual hasta dejarla sin efecto. Los errores del pasado persiguen a los protagonistas del presente y los deja sin futuro, porque la vía judicial se solapará con la vía política.
La clave de la legislatura es buscar una arquitectura política efímera pero sólida capaz de mitigar los efectos judiciales
Se ha hablado de diálogo, negociación y acuerdos. Se ha reclamado gobernar. Una gran mayoría de los catalanes piden volver a la normalidad. Sin embargo, el calendario judicial y sus consecuencias pueden arrastrar a muchos a cometer actos de rebeldía, en defensa de la dignidad y contra la ofensa perpetua al pueblo y a las instituciones catalanas.
Se habla de que serán citadas entre cincuenta y cien personas para que expliquen lo que sucedió en octubre del 2017. Se sabe que entonces se estará todavía apelando para que salgan de prisión Junqueras, Forn, Cuixart y Sánchez, se buscará clarificar o enredar aún más la situación de Puigdemont, Comín, Serret, Ponsatí y Puig, y que el nuevo gobierno de la Generalitat, en función de su actuación, seguirá sujeto al artículo 155. Ante este escenario inestable, la gran cuestión de esta nueva legislatura, la cuestión clave, es buscar una arquitectura política efímera pero sólida capaz de mitigar los efectos judiciales para que no dominen la agenda política hasta dejarla inservible.
Dos calendarios, el político y el judicial, deberían hacer pensar, tanto al gobierno español como a los partidos independentistas, en buscar una salida que no deje inservible la legislatura, que no la ahogue con la lenta caída de los hombres lluvia, como en Golconda, portando citaciones en una ciudad en ruinas devastada por el sueño de la república catalana.