Catalanismo no independentista
Los partidos nacidos para ocupar el espacio huérfano de CiU aspiran a superar el independentismo, plantarle batalla y trabajar para superar bloques
El nuevo partido que se presentará para ocupar el espacio del catalanismo en las próximas elecciones autonómicas se va a ver en la obligación de contestar a la siguiente pregunta: ¿Es un partido de obediencia independentista o no lo es? La pregunta es simple pero la respuesta sigue siendo muy compleja e incómoda para aquellos que están obligados a responderla.
Si desean liderar un espacio político que puede movilizar alrededor de 300.000 votantes, la pregunta es pertinente y la respuesta es necesaria. Se debe clarificar si tiene sentido –dado que el catalanismo denuncia que el puente independentista está a punto de hundirse– seguir apostando por su mantenimiento.
Para ir despejando estas dudas, han ido aflorando, en estos últimos días, posicionamientos dentro del seno del catalanismo para ir clarificando la dirección adecuada para presentar una candidatura con garantías de conseguir buenos resultados electorales.
Sopa de siglas y partidos
Albert Batlle, teniente alcalde de Barcelona y dirigente de Units per Avançar, ha sido el primero en comprometerse a liderar una opción política basada en un catalanismo alejado del independentismo y capaz de presentarle batalla política.
El pasado sábado se puso en marcha en Girona el Partit Nacionalista de Catalunya liderado por Marta Pascal. La nueva formación política se ha sumado al compromiso de concurrir a las elecciones para superar la fractura en la que está sumida la sociedad catalana y reconducir el independentismo hacia posiciones más moderadas y pragmáticas.
La nueva formación busca construir una suerte de independentismo pragmático capaz de mantener la aspiración de la independencia pero dentro de los cauces de la legalidad y opuesto al unilateralismo.
Otras formaciones políticas como la Lliga Democràtica, Convergents y Lliures, han expresado su apuesta para dar forma a una oferta política alejada de los postulados independentistas. Son formaciones que buscan confluir con las anteriores para presentar un proyecto político capaz de captar el voto de los electores catalanistas.
Plataformas como Portes Obertes del Catalanisme, Pròleg, Treva i Pau, o Converses a Catalunya, han expresado con mayor o menor nitidez su apuesta para que irrumpa un nuevo partido político capaz de integrar al catalanismo no independentista, seducir al independentismo desencantado y captar aquellos votantes que consideran que la mejor manera para solucionar el conflicto es romper la mayoría independentista en las inminentes elecciones autonómicas.
El perímetro de juego de la mayoría de las propuestas mencionadas es abogar por un proyecto superador del independentismo y de los antagonismos forjados para favorecer la óptica de romper con España. Son partidos que quieren avanzar hacia un catalanismo alejado de la estrategia independentista pero sin estigmatizar a los independentistas.
El perímetro de juego de la mayoría de las propuestas mencionadas es abogar por un proyecto superador del independentismo y de los antagonismos forjados
Albert Batlle lo expresa con acierto al declararse capaz de forjar un espacio de confluencias catalanistas que tengan como meta la claridad en la oferta electoral, la centralidad política, la sensibilidad social y priorizar la recuperación económica.
El común denominador de estos partidos y plataformas es eliminar toda sospecha de que sus votos puedan llegar a servir para apoyar en algún momento una nueva mayoría independentista en el Parlamento de Cataluña.
En las próximas semanas se verán los resultados de la aproximación entre diferentes propuestas políticas para impulsar una oferta política capaz de integrar las diferentes sensibilidades sin perder la claridad en su objetivo: alejarse del independentismo radical desde el catalanismo. Ser una propuesta política que oriente a los votantes, no que los desoriente.
Se trata de definir qué papel político se debe jugar en España, establecer la viabilidad política y social para impulsar un referéndum legal y analizar cuáles son las prioridades sociales o económicas.
La tarea no será fácil y es posible que el imperativo de crear una nueva fuerza política tenga más fuerza en sí misma que definir correctamente su razón de ser. La fase en la que se encuentra el proyecto para la creación de un nuevo partido político o suma de partidos para presentarse en las próximas elecciones estará centrada en determinar las personalidades del catalanismo que deben representarlo.
El reto se centrará en ver si es posible compatibilizar catalanismo no independentista con el catalanismo independentista. Una de las principales constataciones políticas de los últimos años ha sido comprobar que los partidos independentistas apelaban a las emociones para activar a su electorado. Ahora habrá que ver qué resultados obtiene una nueva fuerza política que deberá basar su oferta política en la verdad y la razón.