Feijóo frena en seco a Sánchez y debilita a Vox: el PP se ve con 160 diputados
Sánchez dilapidó en directo sus opciones de remontada al perder el control en su terreno de juego favorito: un plató de televisión. Feijóo, sereno y humorístico, inyecta fuerza a un PP que ve un resultado muy superior a las encuestas.
¿Dónde está el Pedro Sánchez que dominaba los platós? El cara a cara en Atresmedia empezó con el presidente del Gobierno desplegando un tridente de atributos que descolocó a propios y extraños. Si en ‘El Hormiguero’ se le vio tranquilo, cercano y con la puesta en escena bajo control, esta vez se sentó frente a Alberto Núñez Feijóo visiblemente nervioso, dubitativo y faltón. Ni siquiera respetó a los presentadores.
Los 100 minutos de programa solo fueron a peor para el candidato a la reelección. “Creo que me interrumpía mucho”, se quejó el líder de la oposición al terminar. La percepción era prácticamente unánime y no solo de parte. “Os imagináis que aparece Sánchez interrumpiendo los anuncios”, tuiteo el profesor de la Universidad de Columbia (EEUU), David Mejía, en una de las dos pausas.
Los 100 minutos de programa solo fueron a peor para el candidato a la reelección
Los gestos fueron más elocuentes que muchas valoraciones. Si Sánchez hubiera desplegado unas formas correosas, los ministros del Gobierno no habrían tomado la escena durante la noche para trasladar los mensajes políticos que no cupieron durante la emisión, invadida por sus intervenciones toscas e improvisadas –aunque el presidente del Gobierno asegura que dedicó cuatro días a preparar el cara a cara—.
El malestar alcanzó a los socios de la coalición. “Hay que hablar de otra forma y el futuro (de las elecciones) se decidirá en segunda vuelta con Sumar”, espetó la candidata de Sumar y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en referencia al próximo debate. Está programado para el 19 de julio.
Ernest Urtasun fue más vehemente: “La ciudadanía española no ha recibido ninguna propuesta de solución a sus problemas”, respondía el portavoz de Sumar a la pregunta de si estaba satisfecho con la intervención de Sánchez. “Díaz no hará ruido en el próximo debate electoral”.
Los dos momentos de Sánchez
El consenso de las voces progresistas, salvo la oficial, Pilar Alegría, solo encontró un par de momentos en 100 minutos de programa durante los que Sánchez casi fue el Sánchez de ‘El Hormiguero’.
Los pasajes que se centraron en la defensa del feminismo y cuando Feijóo insistió en que Podemos no firmó el pacto de 2018 contra la violencia de género, despertaron un Sánchez más ideólogo y menos impertinente.
Otras intervenciones del jefe del PP dieron trabajo a los llamados “equipos de verificación”. Estas se pusieron en cola. Antes, el del PSOE había puesto sobre la mesa datos económicos dudosos sin citar fuentes para argumentar su “España va como una moto”. Las acusaciones cruzadas sobre quién miente más forman parte de la gestión del post-debate.
Sánchez fue el primero en abandonar los estudios de Atresmedia. Se dirigió a la sede de la calle Ferraz para arengar a los suyos. “Después de este debate, no tengo duda de que vamos a ganar las elecciones porque hemos ido a explicar qué ha hecho el Gobierno de España”. “Estamos muy orgullosos de lo que hemos logrado esta legislatura”.
En su feudo, ovación. “Este señor (en referencia a Feijóo) ha sido incapaz de separarse un solo milímetro de Vox y no hablo de las mentiras, porque ha dicho que votó a favor de la revalorización de las pensiones con el IPC”, zanjó.
Los militantes, vestidos todos igual con una camiseta roja con el dorsal 23 –el del presidente del Gobierno cuando jugaba a baloncesto—, estampado en amarillo, aplaudieron casi a la coreana.
El PP de los 160 diputados
Los tracks demoscópicos de la mañana del lunes contabilizaban que el cara a cara de Atresmedia podía decantar un máximo de 700.000 votos. Es la fuga calculada del PSOE al PP. A Sánchez le bastaba con convencer a 400.000 para volver al partido, del que todas las encuestas, menos el CIS, le apean.
La empresa demoscópica con mayor porcentaje de acierto, GAD3, estipuló en su track diario para ABC previo al cara a cara que el bloque conservador se alzaría, tal y como estaban las cosas, por encima de la mayoría absoluta, con una holgura cómoda pero no definitiva (181 sobre 176) con una previsión de 150 escaños populares.
Según pudo saber Economía Digital, el Partido Popular ya dispone de tracks que lo sitúan por encima de los 160 diputados, siendo los 165 un resultado con ciertas opciones. Que estas vayan en aumento hasta alcanzar el rango de “probables” dependía, en buena medida, del papel de Feijóo. Tenía que bordarlo.
Tal y como se expresaban las encuestas antes del cara a cara, la estrategia más sensata para Feijóo consistía en lograr salir indemne del debate. El jefe del Partido Popular era, por tanto, el candidato con más a perder. Al revés en el PSOE. Así que Feijóo dejó a Sánchez revolcarse en sus errores.
El jefe del Partido Popular era, por tanto, el candidato con más a perder
“Ha sido un debate desmovilizador y Sánchez también ha propiciado que sea así”, analiza el profesor de ciencia política de la Universidad Carlos III, Lluis Orriols. En el bloque económico se han reprochado “datos que tardaremos en verificar”.
Feijóo recupera la economía
Mientras los datos utilizados para el bloque económico caen en la cuarentena para muchos, sí cobra categoría, de hecho que Feijóo logró hacer suyo el bloque financiero del cara a cara.
Conectó con la audiencia al centrarse en la microeconomía. Al margen de la exactitud de los datos, sí es cierto que España es el país con una mayor pérdida de poder adquisitivo. El aspirante conservador conectó con la idea general de que los salarios flaquean y los precios suben.
El económico fue el primero de los segmentos, pero ya se veía un Feijóo sereno, contundente y humorístico. Facetas que irían a más durante el cara a cara. Llegaron a la cúspide cuando le tocó gestionar el envite de los pactos con Vox. Firmó un documento en directo para que PP y PSOE se abstengan en favor de la lista más votada. “Así nadie depende de los extremos”, apuntilló.
Los regalos de Sánchez a Feijóo
Sánchez no recogió el guante. Ni defendió su rechazo. Y siguió así entrando en la línea argumental que más beneficia al Partido Popular: ya se había enfangado antes con la ley del “sí es sí”, el caso Pegasus y el posterior volantazo con Marruecos como botón de muestra. Regaló cinco minutos de su propio tiempo a Feijóo al hablar en solitario sobre los aviones Falcon.
En la calle Génova el ambiente era de noche electoral. La presidenta del PP de Madrid –huésped del alma más liberal de la formación—, Isabel Díaz Ayuso, concedía su bendición: “(Feijóo) no ha perdido ni un solo voto y ha ganado por el lado de Vox”.
Esta madrugada, los tracks de los 160 diputados o más para Feijóo, que llegarán en detrimento de Vox, se leyeron en Génova por los más optimistas, casi como si ya fueran los resultados del 23 de junio. Se los cree más gente en la zona noble popular y la campaña ya está hecha. No en vano, la remontada de Sánchez echó el freno en directo. El reto para el PP consistirá en no equivocarse durante 12 días.