Federalistas

Al utilizar "federalista" como insulto, los conciudadanos independentistas evidencian la insensatez, ineptitud y perversión de los conceptos que vivimos

Desde hace algo más de seis meses Teo y yo hablamos a menudo. Teo es un amigo reciente. Un señor muy bien informado. Sensato, sensible, lúcido, amable y moderado. Un caballero culto y entrañable con el que es un placer charlar de literatura, de cine y, como no puede ser de otro modo en los tiempos que corren, también es enriquecedor analizar con él la cambiante realidad social y política de este país.

Mirando las cosas desde espacios distintos, Teo desde Madrid y yo desde Barcelona, pero con voluntades comunes, uno y otra, intentamos hacernos una composición de lugar del porqué se están haciendo tan y tan mal las cosas.

En estos últimos días los dos compartimos inquietudes y no acabamos de entender los argumentos que se dan ante la falta de entendimiento de los partidos progresistas de este país para constituir un gobierno y seguimos con cierta angustia y preocupación el despropósito de lo vivido en Cataluña.

El más que probable follón que se montará tras la sentencia y el posible descontrol de las manifestaciones que pueden producirse. No acabamos de entender la falta de previsión de unos y otros ante lo que estaba por venir.

En nuestra última conversación le conté cómo, hará unos quince días, yendo a cenar con Carlos, mi marido, a un bistró encantador, en la ciudad de provincias, significada por el gobierno de su ayuntamiento claramente independentista, que también me da cobijo y forma parte de mi vida, unos ciudadanos que estaban apostados en la calle gritaron a nuestro paso, con clara intención de insultarnos: “¡Federalistes!”.

Más allá de nuestra sorpresa inicial, ante el hecho de que algunos pretendan dar por bueno que defender posturas políticas federalistas pueda convertirse en una arma arrojadiza como si de un ultraje se tratara, ese pretendido agravio dio para una interesante reflexión acerca de lo qué nos está pasando y de cómo la ignorancia generalizada es muy insensata.

No señores, no, “federalista” no es ningún insulto

¿Hemos perdido la visión de la realidad de lo qué son las cosas? ¿Hará falta recordar que el federalismo es una forma de organización política consistente en establecer una alianza entre comunidades con el fin de unir realidades diferentes?

¿Que el federalismo, en un estado democrático, es un sistema político en el cual las funciones del gobierno están repartidas entre un grupo de Estados asociados, que luego delegan competencias a un Estado federal central?

La pretendida ofensa del otro día solo evidencia, de nuevo, la insensatez, ineptitud y perversión de los conceptos que estamos viviendo por parte de algunos de nuestros conciudadanos independentistas, que contemplan que cualquiera de las propuestas que no son secesionistas son ilegitimas porque no claudican ante sus pretensiones .

No señores, no, “federalista” no es ningún insulto. Es una opción legitima y sensata que, para muchos, en un marco democrático, tiene cabida para servir de encaje a territorios con culturas, historia y necesidades distintas pero que buscan y quieren entenderse.

Para la que firma este artículo es la mejor forma de integrar una pluralidad de entes que quieren aliarse en beneficio del conjunto y de cada una de las partes. Es cansino, señores. Discutir obviedades y defender el espíritu crítico ante visceralidades insensatas es cansino.

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