Fainé juega a doble o nada
Al presidente de La Caixa le interesa penetrar en el mercado gallego. Es una de las zonas del territorio español donde tiene algunas sombras en cuanto a sucursales y cuota de mercado. De los tres grandes que quedan en la banca española dos han crecido gracias a comprar fuera, el Santander y el BBVA. La entidad catalana, sin embargo, ha hecho una apuesta por el mercado español indudable. Casi no hay nómina, pensión o tarjeta que no tenga algo que ver con Caixabank, sea por ser la entidad bancaria emisora o receptora.
A Isidro Fainé le tocó echar una mano con Caixa Girona cuando la caja de Arcadi Calzada y sus amigos de CiU (de fundación pública decíamos) daba sus últimos estertores. Se comió también Banco de Valencia en unas condiciones inmejorables y seguramente irrepetibles en el tiempo. Luego se atragantó un poquito con Banca Cívica, pero era la cuota de sapo que debía digerir.
Ahora Fainé quiere Novagalicia. Si se la adjudican hará el esfuerzo por quedarse también CatalunyaCaixa, otra de aquellas entidades de fundación pública en las que la crisis, el oscurantismo, la mala gestión y la incompetencia convirtió en un banco público. Esta vez no fueron culpables los convergentes. CX se la cargaron socialistas de tanto pedigrí y aureola como Antoni Serra Ramoneda, Narcís Serra y Antoni Castells.
Pero si el Frob, el Banco de España y el ministro Guindos no le adjudicaran Novagalicia, a Fainé le resulta más rentable quedarse en las oficinas de Caixabank a esperar, esquina a esquina, acera a acera, a que cierren las de CX y los clientes y depósitos vayan llegando. Dicho de otro modo, jugando a doble o nada.