Exámenes de junio
El último informe Idescat publicado hace poco indica que desde el 2010 al 2014 el precio del kWh ha subido un 33% y el metro cúbico de gas, un 24% en los gastos de los hogares catalanes; a pesar del descenso en el consumo en un 30% y un 16% respectivamente, fruto del ahorro. El aumento del gasto de los servicios oligopólicos ha acarreado una disminución del consumo de ropa y calzado, el mobiliario, el equipamiento del hogar y la conservación de la vivienda. También bajan el transporte, los hoteles, los cafés, los restaurantes, los espectáculos y la cultura. Sólo sube en este quinquenio el gasto en educación y salud.
Mientras se crean 400.000 puestos en el mundo de las energías renovables y se destruyen 280.000 en el de las energías fósiles, en España entre 2008 y 2014 se ha pasado de 136.000 puestos de trabajo en renovables a sólo 70.000 puestos, disminuyendo el peso del consumo de renovables sobre el total. La supresión de primas, la reducción de ayudas prometidas, la sobredimensión del sistema eléctrico y el impuesto al sol son algunas de las decisiones políticas al servicio de los Kilowatio-tenientes que controlan el BOE con puertas giratorias.
Como es habitual en tiempo de crisis económica y baja recaudación, disminuye el déficit fiscal de Cataluña con el Estado. Los cálculos recientes publicados en el 2012 dan 14.623 millones de euros de déficit: un 7,5% del PIB catalán. En todo caso, en el segmento bajo siempre nos encontramos en torno al 7% del PIB y en el segmento alto en el 10% del PIB. Un escándalo en plena negociación de los presupuestos sociales, que la resistencia de la CUP se obsesiona en empeorar. Y con gran entusiasmo por parte de la caverna.
La crisis del sector químico, que amenaza un millar de trabajadores del sector, es un ataque en toda regla a un sector pesado de la industria que no se comporta de forma nómada como otros sectores. Cuando una química pesada se va es porque su maltrato es estructural y no percibe que haya un cambio. Estos son una energía más cara que en Europa, el bloqueo del Estado al corredor mediterráneo y la carencia del apoyo estatal a la reconversión que la UE ha hecho obligatoria antes del fin del 2017. La presencia del 70% de la industria que sería objeto del apoyo en Cataluña explican este nuevo episodio de la guerra económica Madrid-Cataluña.
La encuesta de condiciones de vida de la INE corrobora que en el 2014 una de cada cinco personas vivía bajo el umbral de la pobreza. Los más vulnerables: parados, menores de 16 años, extranjeros y hogares monoparentales. El 13,7% de las familias tiene muchas dificultades para llegar a fin de mes y el 40,6% asegura que no pueden irse de vacaciones.
Los fondos de pensiones han sido vaciados en los últimos cuatro años, perdiendo la mitad del dinero que tenían, poniendo en peligro el sistema de la Seguridad Social porque lo dejan sin reservas de emergencia, y porque caen en picado los intereses que se cobraban por los fondos. Sólo este año, de enero a marzo, los intereses disminuyeron el 30%.
El Gobierno del PP ha echado mano de la caja de las pensiones de todos para tapar los agujeros de su incapacidad para administrar un Estado central hiperinflado de funcionarios, sumado a los recortes que han obligado a practicar a las Comunidades Autónomas en sanidad y educación. La creación de trabajo precario y medio-mileurista, la gran aportación del PP a la salida de la crisis, acaba de rematar una situación de déficit desbocado de la Seguridad Social. Los que somos pensionistas tendríamos que empezar a preocuparnos por la próxima insolvencia de España.
El Estado tiene acumulados una cincuentena de conflictos con la Generalitat, donde se vulneran decisiones tomadas por la mayoría en el Parlamento de Cataluña, que son beneficiosas para la mayoría social y el mundo de la pequeña y mediana empresa: un grupo de leyes del campo económico, otro de derechos individuales y sociales, otro de temas culturales, otro de medioambiental, otro del marco democrático de las administraciones, otro de soberanía política. De hecho, el Gobierno del PP está aplicando el artículo 155 de la Constitución que suspende la autonomía de Cataluña.
Ha llegado junio, época de exámenes. Ustedes dirán si el Estado aprueba alguna asignatura de estas. Creo que lamentablemente todo se mueve entre lo deficiente y lo muy deficiente. Y con el añadido de que la maldad del alumno hace que ponga obstáculos a quien toma medidas y tendría posibilidad de aprobar como Cataluña. No se preocupen si son seguidores de alguno de los alumnos que apoyan a estas actuaciones: las elecciones del 26 de junio no serán un examen serio. Son un tongo, y ganarán los de siempre. Así que calma y a hacer como Rajoy: sentados contemplando como pasa el cadáver. No del enemigo, sino el propio.