¿Estrategia política o pura improvisación?
La capacidad de Sánchez para decir que es blanco lo que horas antes era negro azabache no sorprende, pero es impropia de la máxima ejecutiva de un país
Apenas unas horas después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciase mediante un comunicado oficial que suspendía la mesa de diálogo entre el Gobierno de España y el de la Generalitat de Cataluña, rectificando una de las medidas más controvertidas que había comprometido para conseguir ser investido, el líder socialista volvía de nuevo a rectificar y daba luz verde a lo que durante la mañana había dado luz roja.
Si bien es cierto que las piruetas de Sánchez –su capacidad para decir que es blanco lo que horas antes era negro azabache– no deberían sorprendernos a estas alturas, también lo es que la opinión pública no debería normalizar sin más ese comportamiento errático. Una manera de proceder impropia de la máxima ejecutiva de un país.
Un comportamiento que revela con claridad algunos de los tics más preocupantes del actual presidente del Gobierno: su improvisación en temas relevantes o una altanería que le impide explicar a la ciudadanía los volantazos políticos que prodiga; una subordinación impropia a las presiones que pueda recibir para mantenerse en el poder, y una indiferencia alarmante hacia el coste que ese comportamiento pueda tener para las instituciones democráticas.
El mismo día que Sánchez daba ese doble salto mortal sobre una mesa de hipotético diálogo que no debería producirse pero que él se empeña en celebrar, el CIS de José Félix Tezanos le decía que adelante, que su comportamiento no le resta votos, y le ocultaba las consecuencias que ello tenía para la democracia española: la preocupación ciudadana por la política batía un record histórico en nuestro país.
Las razones por las que Tezanos ha semiocultado ese dato en la presentación pública de los resultados de la principal encuesta nacional son seguramente obvias. Las razones por las que Sánchez persiste en una actitud que provoca o ayuda al menos a generar ese desaliento en la ciudadanía no son aceptables en el jefe de Gobierno español.