España irá bien

El Centre Català de Negocis (CCN) está haciendo una labor de divulgación encomiable para entender los retos estructurales a los que se enfrenta la sociedad catalana, especialmente en términos socio-económicos. Y ahora acaban de hacer un esfuerzo de empatía poniéndose en la piel de la sociedad española con sus temores y angustias ante el cambio de fondo que tendrá que abordar, sí o sí, tanto si hay un proceso de secesión de Catalunya rápido, como si se entra en una fase larga de conflicto.

No hay ningún otro escenario posible. Y el segundo escenario es el contrario del win-win. Sería más bien un lose-lose. Y roguemos para que, tal y como ha deseado Mas Colell esta semana: que sea en términos civilizados.

No coincido muchas veces con las declaraciones coyunturales o tácticas de algunos miembros del CCN, pero hay que valorar positivamente su trabajo de documentación y pedagogía. Como ahora, para proponer el programa Win-Win que ya en su momento reclamó Mas y que ha recibido el apoyo de Junqueras.

La mayoría de la sociedad catalana sabe que las amenazas apocalípticas sobre Catalunya son falsas. Y que lo que esconden es en realidad los miedos españoles que se reflejan en el espejo. La pregunta que algún día con la boca pequeña ha hecho algún dirigente español es: Ya sabemos que es viable una Catalunya independiente, pero ¿lo es España? De estas angustias se deriva la obsesión enfermiza de impedir el referéndum y no de ninguna otra consideración sentimental.

El unionismo y el dependentismo se proponen evitar la independencia de Catalunya por el hecho de que, entonces, España se hundiría y algún europeo conservador añadiría que se hundiría con ella el euro.

El informe presentado por la CCN muestra cómo a pesar de las turbulencias e incertidumbres de cualquier proceso de transición de modelo económico y político, la conversión de Catalunya en un estado independiente es un incentivo real. Sobre todo, para mejorar la eficiencia económica de una España sin Catalunya, dentro de un entorno de optimización de la competitividad europea y con sinergias evidentes de los modelos económicos dentro de un proto-estado europeo.

España tiene la ocasión de cambiar sus desastres estructurales, aprovechando la reinvención que tendrá que hacer por la separación. El modelo español ha favorecido las grandes empresas del Ibex y no se ha preocupado de las pymes que son el tejido principal en Catalunya.

Ahora, el Estado español se podrá centrar en desarrollar un modelo que le permita ser viable sin necesidad de una continuada política de subvenciones europeas o la dependencia de Catalunya. España estará más tranquila cuando vea que es capaz de vivir sin la dependencia financiera que ahora tiene de Catalunya. 

Una adecuación salarial a los niveles reales de productividades de personas y territorios, como tantas veces se ha propuesto a la misma Italia para acabar con el drama del Mezzogiorno, haría incrementar las posibilidades de nuevas inversiones industriales en territorios hasta ahora baldíos para la industria.

El redimensionamiento de la burocracia pública que hace del Estado un gigante con pies de barro. España puede ayudar a reducir la dependencia europea de la producción asiática. España podría acontecer la Polonia del sur de Europa, que trae años de reindustrialización y crecimiento sostenido. Y se puede focalizar en la exportación en Latinoamérica, los países árabes, la zona Latam y los destinos emergentes.

La propuesta del CNN subraya que España tiene activos claros para desarrollar algunas estrategias como:

– Industrializar las áreas mejor omunicadas y desarrolladas del Estado con ayudas indirectas, nunca finalistas.

– Desarrollar una agricultura con finalidad energética (biocombustibles, biomasa) y otras que puedan ser competitivas con mano de obra extensiva.

– Aprovechar el desarrollo de una Madrid financiera.

– Aprovechar España como zona de destino de turismo cultural, histórico y de pensionistas.

El nuevo modelo económico generaría un crecimiento de dos puntos adicionales al PIB y la creación de 960.000 nuevos puestos de trabajo en cuatro años. El escenario que se presenta es de beneficio mutuo: la independencia permite a Catalunya centrarse en el propio modelo productivo y a España explotar todas las potencialidades de su modelo económico, radicalmente diferente del catalán.

Resumiendo, constato un día tras otro la enorme capacidad innovadora y creativa tanto de las entidades sin afán de lucro, como de las asociaciones empresariales y de los profesionales de la función pública y de los políticos de Catalunya. Y una gran capacidad de empatía, de ponerse en la piel del otro: entiendo tus miedos y te ayudaré; pero tus miedos no justifican ni tu agresividad ni tu parálisis.

MACEDONIA

Los prometo que el artículo que hice el pasado domingo no estaba pactado con la patronal valenciana. Porque el lunes, los representantes de las patronales valencianas visualizaron un giro histórico. El presidente de la patronal dijo que «con mi primer cliente y proveedor (Catalunya), yo no quiero estar mal. Es de locos promover lo contrario».

Y otros representantes en la rueda de prensa denunciaron la marginación y el expolio fiscal que Valencia sufre por parte de España. Y uno fue más explícito e hizo autocrítica: «Nos han fastidiado por ser demasiados sumisos políticamente en Madrid». Noticia: el corredor mediterráneo mental ya se ha forjado. ¡Gracias PPSOE!

La agricultura catalana es el 19% del PIB español y sólo recibe el 6% de las ayudas de Europa, denunció Junqueras en el reciente debate monográfico sobre agricultura.

El lunes, además, nos despertábamos con la pregunta de Iceta: ¿Queréis volver a pedir lo que pediáis al Estatuto del 2006 para volverlo a denegar? Y de cara al test federalista que Iceta quería hacer a los candidatos del PSOE, primera nota: el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, suspende el examen porque ni siquiera le acepta la pregunta. Te compadezco Miquel.