Escalando la desescalada
La clave para avanzar sin muchas contradicciones a la “nueva normalidad” se basa en las ayudas europeas
Desde que está en el mundo, el hombre se ha caracterizado por buscarse problemas y luego dar con las soluciones para inmediatamente volver a crearse nuevos problemas. No se trata, como algunos piensan, de tropezar dos veces con la misma piedra sino que avanzamos cayendo.
Siempre nos estamos cayendo y levantando. Ahora toca levantarse. Han pasado 50 días de confinamiento en los que toda España se ha parado, como esos viejos relojes a los que nunca nos acordábamos de dar cuerda. Ahora toca ponerlos en hora. Reiniciarnos.
La desescalada planteada por el Gobierno de España se basa en observar cuatro parámetros: la positiva evolución de los contagios, muertes y recuperaciones, la referencia de la vuelta a la normalidad de otros países para tomarlos como ejemplo, las ayudas económicas europeas sin la cuales no se puede poner en marcha la economía española y la construcción, por frágil que sea, para impulsar un consenso social y político para determinar las políticas que activen la denominada “reconstrucción”.
Si miramos estos cuatro parámetros, vemos que la clave para avanzar sin muchas contradicciones a la “nueva normalidad” se basa en las ayudas europeas. El Gobierno español no podrá utilizar con eficiencia el dinero que llegue de Europa si el tejido productivo español no está en marcha.
No tiene sentido recibir ayudas europeas y no mantener la economía operativa. Una vez lleguen las ayudas europeas será más fácil plantear un esquema básico de negociación con la sociedad civil y los partidos políticos para alcanzar un pacto que canalice la salida de la crisis.
No parece posible, viendo el desencuentro entre la derecha y el Gobierno de coalición, que se pueda avanzar mucho sin la inequívoca señal de que la Unión Europea ha llegado a un acuerdo para ayudar a países como Italia y España. Será entonces cuando se podrá hablar de un plan que se podrá aplicar con garantías, al disponer de recursos.
Para España ya es muy difícil volver a la normalidad si no dispone de recursos para sostener el turismo o la cultura
La abertura de tiendas, espacios públicos, escuelas o empresas en Alemania, Austria, Francia , Dinamarca o Italia genera una constante presión porque los ciudadanos españoles pueden establecer la comparación de su situación con la de otros países que han tenido niveles de contagio muy similares a los nuestros.
Los ciudadanos constatan que otros países, exceptuando Italia, tienen una economía más saneada y preparada para encarar la vuelta a la normalidad, mientras que nosotros necesitamos los recursos europeos para avanzar en la desescalada económica.
Para España ya es muy difícil volver a la normalidad si no dispone de recursos para sostener, por ejemplo, sectores tan determinantes como son el sector turístico o el sector cultural.
Tampoco se podrá afrontar la urgente mejora del sector de la sanidad pública y privada, tan necesaria para poder atender a los ciudadanos en condiciones adecuadas si se da un posible rebrote en el futuro, sin la adecuada cobertura económica para mejorar las condiciones de los sanitarios, hospitales y residencias.
Así pues, para iniciar la desescalada con ciertas garantías hay que conseguir, lo más pronto posible, un acuerdo en Europa que permita poner en marcha una serie de medidas económicas sin las cuales, seguiremos sin levantarnos.
Estos días se ha utilizado la imagen de “seguir remando” y es necesario indicar que para remar se necesitan remos más que brazos. Sabiendo que el norte, el verdadero norte, lo marca la brújula europea, debemos dejar de mirar solo la nuestra para no perdernos en la oscuridad.
Si en la crisis del 2008 el rescate europeo de España permitió reconducir la dura situación debida la crisis financiera, ahora el rescate, o como se le quiera llamar, nos puede permitir llegar antes a puerto. Nos puede permitir avanzar mejor hacia consensos políticos y sociales que sin la ayuda económica no será posibles de construir.