Enhorabuena, Montoro tiene una idea clara

En las últimas horas se ha conocido una entrevista con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la que el jienense nos anuncia una rebaja del IRPF para las rentas más bajas a partir de 2015. Ojalá no se quede sólo en un buen propósito y el titular del Fisco sea capaz de aplicar en beneficio global esa política tan impropia de los postulados ideológicos de su partido.

Está claro que Montoro tiene ahora más interés en la caja que en las ideas. Es una opción, habida cuenta de cuál es el estado de cosas en las finanzas públicas estatales.

Pero hay una idea que vale la pena resaltar. Lo dice así: “Este país ha tenido un relax en el pago de impuestos mediante la deducibilidad de gastos que no tendría que haberse producido. Todo eso hay que repararlo. Hacienda no puede utilizarse como un sistema para financiarse. La optimización del sistema tributario por parte de algunas empresas ha sido inadmisible. Se han deducido gastos por cosas que no tenían que ver con su actividad”.

No sé qué pensarán Emilio Cuatrecasas o Manel Torreblanca, justamente dos empresarios de Barcelona a los que Hacienda persigue por esos motivos, pero la argumentación del ministro es inapelable. Sí, es cierto que las administraciones públicas deberían haber sido las primeras en tener actuaciones impecables y eso no siempre ha sucedido. La permisividad de los últimos años jamás ha alentado la cultura fiscal y junto con la picaresca latina es el primer motivo de fraude de este país.

En muchas cosas, y está escrito, Montoro no es santo de mi devoción. Pero si es capaz de recuperar el rigor fiscal que se ha perdido en los años de bonanza, aunque sea con la crisis como coartada, lo daré por uno de los más ministros más efectivos de cuantos han pasado por la Hacienda Pública española.

A evitar el fraude hay que llegar con propuestas pedagógicas y de convencimiento colectivo, pero ayuda, y mucho, que las actitudes que se descubren en contra de los impuestos comunes sean reprendidas económicamente tal y como se merecen.