En la guerra como en la guerra

Los distintos actores del proceso soberanista caen en el lenguaje utilizado en la guerra, con un tono belicista que no conviene a nadie

“La política es la continuación de la guerra por otros medios”. Es esta una frase muy conocida y citada, escrita por el gran militar prusiano Carl Von Clausewitz en su célebre tratado De la guerra. Su lectura es de especial interés en estos momentos, para intentar entender, si ello es posible, la compleja situación actual de la política española, y más en concreto el grave conflicto institucional y social planteado por el secesionismo catalán.

Mientras las depuraciones internas prosiguen a muy buen ritmo en el seno del Gobierno de la Generalitat presidido por Carles Puigdemont –por el momento, y tan solo en unos pocos días, llevamos contados ya los ceses de los consejeros Jordi Baiget, Jordi Jané, Neus Munté y Meritxell Ruiz, del secretario del gobierno Joan Vidal de Ciurana y también de otros muchos cargos menores, entre los que sin duda alguna destaca por razones obvias la dimisión del director general de los Mossos d’Esquadra, Albert Batlle-, asistimos cada día con mayor perplejidad y creciente preocupación a la escalada verbal de unos y otros.

Incluso una persona en apariencia tan poco dada al exabrupto o a la demagogia como la joven y todavía inexperta coordinadora general del PDeCat, Marta Pascal, ha caído en el siempre fácil recurso de un lenguaje de tintes inequívocamente belicistas cuando, por ejemplo, ha afirmado, sin tan siquiera ruborizarse o titubear que, “sin duda, todos los soldados del PDeCat están en disposición de hacer lo que sea necesario”.

Incluso Marta Pascal ha caído en el error de decir que en el Pdecat hay «soldados» dispuestos a todo

La de Marta Pascal no ha sido la primera persona, entre los muchos dirigentes del movimiento secesionista, en recurrir al uso de este tipo de lenguaje belicista. Es de agradecer que hablen con tanta claridad, ya sin ninguna clase de ambages ni tapujos.

Porque el conflicto político planteado es cada vez más una guerra, aunque solo sea por aquello de Von Clausewitz de que “la política es la continuación de la guerra por otros medios”, aunque lamentablemente ahora parece que la guerra, afortunadamente por ahora solo verbal y gestual, puede acabar siendo algo así como la continuación de la política por otros medios.

Puestos a citar al famoso militar, historiador y pensador prusiano, que conviene recordar que llegó a la dirección de la Escuela de Guerra de Prusia tras su participación destacada en las campañas del Rihn y en las guerras napoleónicas, recordemos otras frases de su célebre tratado, sin duda mucho menos citadas.

Por ejemplo, Von Clausewitz dejó escrito que “la guerra, es decir, la tensión hostil y la actividad de las fuerzas adversarias, no pueden considerarse como terminadas hasta que la voluntad del enemigo haya sido también sometida”. También escribió que “hay muchos caminos para alcanzar nuestros objetivos en la guerra, que no necesariamente involucran la derrota del enemigo”.

Lo que se necesita con urgencia es política, nada de guerra, ni tan sólo figurada

Muchos siglos antes que el barón prusiano, hace ya unos dos mil quinientos años, hubo otro gran experto en cuestiones militares, el chino Sun Tzu, que escribió en su gran obra El arte de la guerra algunos consejos que son asimismo de lectura muy aconsejable. Por ejemplo, “si el enemigo deja una puerta abierta, apresúrate a entrar”, o aquel otro que reza así: “anticípate a tu enemigo, apoderándote de lo que más aprecia y sutilmente precipitarás su derrota”. Aunque quizá el más curioso sea otro: “Coloca a tu ejército en peligro mortal y sobrevivirá; enfráscalo en situaciones desesperadas, y saldrá adelante”.

Personalmente me quedo con una frase lapidaria de Von Clausewitz: “El resultado de la guerra nunca es absoluto”. Aunque prefiero otra cita, atribuida tanto al florentino Nicolás Maquiavelo como al filósofo griego Aristóteles o a personajes políticos mucho más recientes, como el príncipe prusiano Otto Von Bismarck o el primer ministro británico Winston Churchil: “La política es el arte de lo posible”.

Porque lo que aquí necesitamos, por una y otra parte, es política, en ningún caso guerra.

 

 

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