En la Estrella de la Muerte de Ada Colau ‘sólo sí es sí’, pero…

En numerosas ocasiones mi preocupación porque se convierta una ciudad tan importante como la capital catalana en un parque temático bolivariano

Es estos días motivo de generalizado y enjundioso comentario el caso del policía nacional infiltrado en grupos antisistema catalanes, haciéndose pasar por el más antisistema de todos, consiguiendo ganarse la confianza de hasta 8 féminas de esos colectivos que establecieron “relaciones sexoafectivas” -atención: admiten no sólo intercambio de fluidos, también de afecto- con él, de lo que ahora se lamentan amargamente. Todas actúan como mujeres burladas del Siglo de Oro y hasta se ha barajado la acusación de violación.

Vayamos por partes y sin hacer bromas: lo primero que a mí me llama la atención de este caso, es precisamente su originalidad de género. En los anales de la literatura, del cine y de la vida real abundan el seductor tipo Don Juan o tipo James Bond, que seduce a las claras, orgulloso de ser quién es y de parecerlo. La seducción con malas artes ocultas parecía reservada hasta ahora al género femenino, tipo Mata-Hari, por ejemplo. Que ya es significativo que siempre que se descubre a una Mata-Hari, sus víctimas se quejen de haber sido espiadas, jamás de haber tenido sexo.

Esa parte la daban por bien empleada. Dice mucho sobre la incoherencia de estas mujeres tan antisistema, tan antiheteropatriarcado y tal y tal, que en el fondo sean las más rancias y las más antiguas: si tuvieron “relaciones sexoafectivas” satisfactorias, sin que nadie las forzara a ello, no hace ninguna falta avergonzarse, ¿no? A todos y todas nos ha pasado que después de “sexoaficionarse” a alguien, ese alguien te sale rana. No por eso te vas a arrepentir de los buenos ratos…a no ser, insisto, que por muy rebelde que te creas ser, sigas perpetuando clichés muy pero que muy antiguos.

Ley del ‘sólo sí es sí’

Seguimos. Lo segundo que me llama la atención de este caso es que me da en la nariz que, con toda la publicidad que desde determinados colectivos se le está dando (¿dónde ha quedado aquí aquello de evitar la “revictimización”?…), parece buscarse más un objetivo político, claramente ideológico, que dar salida a comprensibles dosis de desengaño y frustración personal. Aquí las 8 burladas parecen funcionar en apretada falange morada…a favor de la Ley del Sólo Sí es Sí.

Mi análisis: esta ley ha sido una chapuza y un fiasco, un horror, y ahora que la cínica aritmérica parlamentaria de Pedro Sánchez ya permite hasta a los socialistas decir lo que realmente piensan de Irene Montero y de todo su trabajo legislativo…pues en fin, que las van a pasar moradas, valga la redundancia. Van a ir de bochorno en bochorno.

Entonces, es hasta esperable que haya movimientos perfectamente calculados, o que así lo parecen, para tratar de poner en valor alguna ventaja de esta ley. Sin la cual no se podría estar ni considerando la posibilidad de que lo que ha hecho este policía nacional sea delictivo. O aquello de lo que se acusa al exdirector de Catalunya Ràdio, Saül Gordillo, dicho sea de pasada y sin prejuzgar el fondo de la cuestión.

¿Soy yo la única que tiene la sensación de que, sobre todo en Cataluña y sobre todo en Barcelona, epicentro de la Estrella de la Muerte de Ada Colau, vamos a ver muchos experimentos con la Ley del Sólo Sí es Sí? Ya he señalado en numerosas ocasiones mi preocupación porque se convierta una ciudad tan importante como la capital catalana en un parque temático bolivariano. Los experimentos, en el salón de tu casa y con gaseosa…

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau/EFE.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau/EFE.

Lo peor es que, cuando te has equivocado, el erre que erre no te saca del error. A mí no me parece ninguna buena noticia tener una ley que penaliza el flirteo, incluso el mentir para obtener sexo consentido (¿quién no ha mentido en esos lances sobre su edad, estado civil o estatus socioeconómico?….), mientras campan por sus respetos, con las penas reducidas o hasta eliminadas de un plumazo, verdaderos agresores sexuales y violadores. Si ese es el resultado, ya me perdonarán, pero hemos hecho un pan como unas hostias.

Citaba antes de pasada el caso del exdirector de Catalunya Ràdio y de El Principal, Saül Gordillo, acusado de propasarse con dos subordinadas con edad para ser sus hijas en una cena de empresa. Es un tema delicado y sensible en el que deberían prevalecer la prudencia, el sentido común y el respeto a la presunción de inocencia. Pero a mí me llamó mucho la atención que, en una intervención parlamentaria reciente, la portavoz de En Comú Podem, Susana Segovia, lanzara estos dos mensajes:

  • Condenar que Gordillo, acusado de abusos sexuales, se defienda “cuestionando a la víctima”. Sin entrar en el fondo de la cuestión, insisto, me pregunto yo: ¿Y cómo te vas a defender de una acusación si no es cuestionando a quien la hace? ¿No tiene todo acusado ese derecho hasta que se pruebe su culpabilidad?
  • Sacar pecho de que “sin la Ley del Sí es Sí, este caso no podría perseguirse”

Esta última afirmación es la que a mí me puso los pelos de punta y me animó a escribir este artículo.

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