»En España y en el mundo vamos hacia un capitalismo de Estado»

El analista Juan Ignacio Crespo detalla en '¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión?' cómo los bancos centrales acabaran entrando en el capital de las empresas

Los gráficos y los datos son su mundo. Pero no para recrearse en esas curvas ascendentes y en esas columnas de colores a lo largo de los años, si no para analizar qué camino seguirá la economía mundial. Juan Ignacio Crespo (Madrid, 1950), analista de mercados, que trabajó en el Tesoro y negoció las emisiones de deuda pública y los préstamos en divisas del Reino de España –entre otras responsabilidades públicas y empresariales– ve a corto plazo «una recesión», pero, principalmente, un cambio de paradigma: «En España y en el mundo vamos hacia un capitalismo de Estado».

La afirmación sorprende. Pero lo argumenta a lo largo de las páginas de ¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión. Un análisis de los datos que auguran una nueva recesión y cuándo saldremos de ella (Deusto). «Los beneficios de las empresas caerán, y acabarán en manos de los bancos centrales», afirma en conversación con Economía Digital.

La idea es que «los bancos centrales acabarán comprando la mitad de lo que cotiza en bolsa, con lo que entraremos en una etapa de ‘capitalismo de Estado'».

Todo depende de EEUU

La recesión, sin embargo, será corta. Crespo entiende que las polémicas en España sobre la necesidad de cumplir con el déficit, aunque son importantes, y se debe atender la negociación entre el gobierno español y la Comisión Europea, no son determinantes. Asegura que lo de verdad debe preocupar «es la coyuntura internacional, la relación global entre los distintos países».

Y en ese punto lo que ve Crespo, con el análisis de sus datos, son varios factores, todos conectados: «se avecina una caída de los beneficios empresariales, de la productividad y de la inversión empresarial en Estados Unidos, y lo que ocurre, precisamente, en EEUU, lo condiciona todo».

Crespo, que fue analista en Thomson Reuters, lo que llevó a defender su máxima, «todo está en los gráficos», se basa en el comportamiento del índice Dow Jones Industrial de la bolsa de Estados Unidos, «acompañado por la periodicidad media con que la economía norteamericana ha venido entrando en recesión desde 1854, año desde el que el National Bureau of Economics Research (NBER) tiene fechados los ciclos económicos con sus expansiones y recesiones». Lo que apunta ese índice es la periodicidad media es de 4,7 años «si se computa desde el punto más alto de un ciclo económico hasta el punto más alto de la expansión en el ciclo siguiente».

Con todo ello y otros datos y estadísticas, Crespo dibujó dos recesiones en la economía de Estados Unidos, entre 2012 y 2013, la primera, y entre 2016 y 2017 la segunda.

China y Singapur

Además de Estados Unidos, que estaría a punto de entrar en esa fase más complicada de su economía, se debe añadir la desaceleración de los emergentes, de Singapur –tomado como referencia, porque fue la primera economía en anunciar la entrada en recesión en octubre de 2008–; la caída del precio de las materias primas y del petróleo, y, «especialmente», el deterioro económico de China.

En el caso de España, Crespo cree que el gran problema es y será el paro, que podría alzarse «hasta el 25% o 26%», comportando, también, una nueva ronda de capitalización de los bancos.

Crespo insiste. «Lo fundamental es lo que pase en Estados Unidos, porque tiene un efecto de arrastre enorme». Sin embargo, esa recesión inminente, «menos dura que la anterior», será el paso previo para «una época de bonanza que podría llegar hasta 2035».

Una deuda inmensa

Como otros economistas, Crespo incide en el factor de la deuda, que ha crecido «57 billones de dólares desde 2007, lo que representa un 17% más en relación con el PIB mundial».

Lo que puede comportar todo eso, como apunta Crespo desde el inicio, es la recuperación de algo que se creía olvidado: el capitalismo de Estado. «La actuación de los gobiernos y los bancos centrales después de la quiebra de buena parte del sistema bancario norteamericano y de otros países ha vuelto a traer a la actualidad ese engendro de los años treinta que es el capitalismo de Estado», asegura.

Para España aparece la sombra del INI, el Instituto Nacional de Industria. La idea que remacha Crespo, en un libro en el que se analiza todo el contexto mundial de los últimos diez años, es que los bancos centrales se quedarán empresas con enormes cargas de deuda. «En el caso de España –asegura– es como si se fuera a operar una transformación maravillosa en la que el Banco de España terminara siendo la fusión de sí mismo y del INI».

Lo que provocaría eso es un descenso de los intercambios comerciales internacionales y el inicio de una etapa con acento autárquico.

Renta básica, obligada

Crespo enseña en su libro algo aparentemente complicado: interpretar los gráficos. Hay curvas y datos, pero no se asusten. Se entienden bien. Lo que sí puede asombrar, como él mismo dice, «a la ortodoxia económica», es la apuesta por la renta básica. Este analista lo ve como algo necesario y que llegará más pronto que tarde. Considera que sólo se debe cambiar el nombre. Y lo explica con cierta gracia para los que asocian ese término con el ascenso de Podemos.

«El cambio en este caso consiste en llamar a la renta básica ‘dinero desde el helicóptero’ y ya con eso el asunto se escapa de las manos de Pablo Iglesias para aparecer en las de Ben Bernanke (o, pasmo de monetaristas, en las de Milton Friedman). Aunque el juego del lenguaje se puede hacer a la inversa y llamar (ya se hace) a la renta básica el ‘QE de la gente’ –por el Quantitative Easing del Banco Central Europeo.

Crespo sigue con sus curvas, con sus estadísticas. Y con su calma. Los ciclos económicos mandan, aunque con el llamado «consenso de Washington» se creyera que se había acabado con ellos. Vaya error.