Elecciones andaluzas: siempre gana el PSOE

Las elecciones andaluzas dirimirán si es sano o no que un partido político haya convertido la Junta de Andalucía en una herramienta al servicio del PSOE

A medida que el poder está más cerca del pueblo, los políticos que lo detentan son más longevos en su ejercicio. En el caso andaluz, el “estar más cerca del pueblo” no significa “estar con el pueblo”, sino simplemente representa la distancia que existe entre la presidenta de la Junta de Andalucía y los ciudadanos. 

La mayoría de las autonomías, antes de inventarse el populismo postmoderno, han tenido que sufrir el populismo como modelo ganador. La gestión de lo autonómico se ha basado principalmente en hacer aflorar las promesas incumplidas del Estado a la opinión pública o, por el contrario, en mostrar el grado de sintonía que se tiene con él. 

Las dos formas de conducir la relación con el Estado son subsidiarias del mismo, instrumentales y anti-políticas pues se basan en la impotencia como política. La impotencia como política se da cuando los discursos se centran en la crítica de la gestión de otros partidos, de los problemas que éstos generan sin dar soluciones. 

La mayoría de las autonomías han tenido que sufrir el populismo como modelo ganador

La simbiosis entre autonomía y Estado es tan grande como perniciosa, pues se construye en que si te deben 2.000 millones de euros ya tienes la campaña hecha y si te dan 2.000 millones, también.

A pocos meses de las elecciones autonómicas, Susana Díaz ha ido a ver a Pedro Sánchez para hacerle saber que Andalucía ha reducido 800 euros de gasto por habitante y Sánchez reconoce la infrafinanciación de Andalucía, dándole 500 millones de “oxígeno inmediato”. 

La escena no es muy distinta cuando Alberto Núñez Feijóo visitaba a Mariano Rajoy o Jordi Pujol se veía con José María Aznar o Felipe González. La práctica de pedir se ha ido perfeccionando desde la transición española hasta ahora, convirtiéndose en un rito de iniciación para cualquier político que quiera aspirar a dirigir su comunidad autónoma. 

Qué se juega el PSOE en Andalucía

Sin embargo, en las elecciones andaluzas, Díaz tendrá que lidiar con otros aspectos políticos que van a tener un reflejo directo en la política española y que la obligarán a reflexionar sobre la situación en la que se va a encontrar si preside la Junta de Andalucía.

Las próximas elecciones dirimirán si es sano o no que un partido político haya convertido la administración andaluza en la Junta del PSOE para Andalucía; una junta presidida, desde 1978 hasta nuestros días, por dirigentes del PSOE y ninguno de la oposición. 

Díaz tendrá que lidiar con otros aspectos políticos que van a tener un reflejo directo en la política española

Comunidades autónomas como Cataluña, Valencia, Baleares, País Vasco, Galicia, Castilla-La Mancha, Madrid, Castilla y León, Cantabria, la Rioja, Murcia o Navarra han tenido alternancia de poder, mientras que en Andalucía se ha conservado el patrón más exigente del populismo basado en mantener el poder sin cuestionarse si la situación es positiva para los ciudadanos. 

Díaz deberá volver a demostrar que la anomalía andaluza es una de sus virtudes más notables que debe prorrogarse en el tiempo. 

Otro aspecto que deberá conseguir, ya que será muy difícil que obtenga la mayoría absoluta, es con qué fuerza política gobernará: si con Ciudadanos o Podemos

Todo indica que el partido morado, socio de Sánchez en la gobernabilidad de España, será la opción más factible y la que teme el electorado más centrado. 

Habrá que ver si ganará las elecciones el presidente Sánchez, al que Díaz siempre tuvo como prescindible, o bien ella, que ya sabe que sin él no será presidenta de la Junta de Andalucía.

Las elecciones andaluzas volverán mostrar hasta qué punto la España de las autonomías son islas de poder o son realidades conectadas a las democracias más avanzadas.