El Vaticano y la vanguardia geopolítica

En el ámbito geoestratégico, el maestro consumado no reside ni el Despacho Oval ni en el Kremlin. El Papa, Francisco Bergoglio, reside en una casa de huéspedes en vez de ocupar los aposentos del Palacio Apostólico. A pesar de su sencillez, o quizás, por ella, este líder espiritual ha logrado cambiar la dinámica geopolítica con una velocidad sin precedentes.

El Vaticano es uno de los organismos internacionales más poderosos a nivel económico y con una influencia incalculable a nivel político. La Santa Sede cuenta con una personalidad legal reconocida por el derecho internacional y mantiene relaciones diplomáticas con 180 estados.

Aunque los datos económicos del Vaticano son un misterio, según The Economist, el gasto de la Iglesia Católica norteamericana en 2012 ascendió a 170.000 millones de dólares. Es decir, en línea con los ingresos de Apple y General Motors, que facturaron 150.000 millones ese mismo año a nivel mundial. Por lo tanto, la Iglesia Católica en EEUU es tan grande como cualquiera de las grandes empresas multinacionales.

Desde su elección en marzo de 2013, el Papa Francisco ha jugado un papel protagonista en diferentes puntos hot del mapa geopolítico. El rol mediador del Santo Pontífice y de altos funcionarios de la Curia en el histórico acercamiento entre EEUU y Cuba, enemigos arraigados por mas de cincuenta años, es indiscutible. Al Vaticano también se le atribuye, en gran parte, la no intervención militar occidental en Siria en septiembre 2013, que se temía podría desencadenar una guerra global.

El reconocimiento de Palestina como Estado representa la más reciente pincelada del Vaticano en el mapa geopolítico. Aunque ya en 2012 se había reconocido funcionalmente a Palestina, fue el pasado 13 de mayo pasado cuando se concluyeron las negociaciones del tratado bilateral para el reconocimiento legal de Estado.

Este tratado es profundamente simbólico y viene después de las afirmaciones tajantes por parte del recientemente re-elegido Benjamín Netanyahu de que no se reconocerá la soberanía palestina durante su mandato.

La geoestrategia del Papa Bergoglio es brillante porque es efectiva. Ese nivel de respuestas rápidas a las crisis sólo es posible cuando se basa en un análisis maduro y exquisitamente sofisticado. Ningún otro líder cuenta con el apoyo de una institución con mas de 1.700 años de aprendizaje político.

Barrack Obama, entusiasta admirador del Papa Francisco, ha iniciado recientemente varios programas en contra de la pobreza, realidad muchas veces escondida por motivos de marketing político y económico.

Tal es la influencia del Papa en temas de justicia económica que la canciller Angela Merkel pidió una mayor regulación de los mercados financieros el mismo día que se reunió a solas con el pontífice en febrero. La regulación financiera será el punto principal de la reunión de los líderes del G-20 en septiembre.

Cabe mencionar que aunque el Papa no está sujeto a los índices de aprobación, en menos de dos años ha duplicado sus seguidores en Twitter de 10 a 20 millones, en una clara señal de apoyo popular. Francisco Bergoglio es el águila magna de la estrategia geopolítica actual. La maestría de sus intervenciones a favor de la paz y el desarrollo presagian un futuro mas equitativo, un futuro mejor.

Rosy Milene Meza es abogada y doctora en jurisprudencia estadounidense