El tiki taka de Báñez
“Creación de empleo” dice el Gobierno y así lo habría reflejado a toda plana la mayoría de diarios si el Real Madrid no se hubiera cargado el tiki taka de Guardiola. Báñez resulta ya tan poco creíble que hasta a su club de filias le cuesta darle cobijo; de modo que vio el cielo abierto. Ante la imposibilidad para la propaganda, hablaron de plátanos. A la decadencia del Barça sólo le faltaba perder en Múnich su modelo de éxito y que le saliera en Báñez una mala imitadora, que toca mucho (las cifras) pero tampoco marca goles. El drama que refleja la última EPA prueba la derrota de la titular de Empleo.
Aprovechemos el 1 de mayo para abrir una ventana a la realidad del mercado laboral. Queda poco margen para las dudas relativas al éxito de la reforma. Se evidencia no sólo la fragilidad del empleo, sino también de la recuperación de España: en el mismo trimestre que se pierden 184.000 puestos de trabajo, la economía creció el 0,5%. El combinado debería suponer una llamada de atención puesto que, aunque es el vigésimo tercer trimestre de caída en el empleo, la última destrucción coincide con el periodo de mayor expansión en crisis. Resulta ingenuo pensar que a partir del 1% la situación se recuperará y que la reforma será “eficaz” cuando la economía crezca más.
De hecho, hay pocos sectores con capacidad para remontar. La industria ha destruido tanto trabajo como la construcción. El mito de las exportaciones, ese con el que se llena la boca Artur Mas en Catalunya, ha servido para bien poco a pesar del impulso. Las plantillas siguen en franca reducción. El único lugar donde crecen es en las administraciones públicas a las que, por cierto, les encanta contratar a tiempo parcial, según deja en evidencia la EPA. Moddy’s avisó sobre el comportamiento del déficit y de que los niveles de deuda son peligrosos: retraen recursos de la economía productiva, a la que apenas se ofrecen estímulos.
La esperanza para el segundo trimestre está en el turismo y concretamente en la Semana Santa. Es la respuesta que dan algunos secretarios de Estado, las patronales y sindicatos. El diagnóstico más o menos común es que urgen medidas adicionales para que España sea capaz de generar empleo con fuerza en los próximos meses. Los empresarios esperan una reforma fiscal que alivie al sector privado y quieren estímulos para la contratación, no para despedir. Curiosamente, las recomendaciones internacionales discurren por el mismo camino. Todo el mundo, incluida la segunda capa del Gobierno, menos Báñez parece tener claro como jugar este partido. Confiemos en que la virgen se lo cuente.